La protesta contra los recortes termina con disturbios en Grecia

“Abajo el Gobierno”, “Fuera la troika de Grecia”, “Guerra a la guerra de los patronos”. Con estos eslóganes, cantados y en pancartas, decenas de miles de griegos --35.000 según la policía-- han tomado las calles de Atenas durante la manifestación principal de la primera huelga a la que se enfrenta el Ejecutivo del conservador Andonis Samarás, mientras negocia con sus socios de gobierno, la UE y el Fondo Monetario Internacional los nuevos recortes por valor de al menos 11.500 millones de euros.

La huelga --con un seguimiento masivo según los sindicatos-- ha cerrado las fábricas y oficinas públicas. Incluso los pequeños negocios han hecho un paro de medio día. Numerosos vuelos han sido suspendidos o retrasados, los barcos amarrados a tierra y los trenes parados en las estaciones. El transporte urbano ha funcionado durante el día, eso sí, pero para acercar a los manifestantes al centro.

La marcha de protesta ha sido espectacular, la más grande desde aquel pasado 12 de febrero en que la capital griega terminó en llamas mientras el Parlamento aprobaba la anterior ronda de recortes. Funcionarios, profesores, médicos, bomberos, conductores de autobús, trabajadores del sector privado, pequeños comerciantes... han pasado por la plaza enarbolando la voz de la protesta. “Yo soy propietaria de una pequeña empresa y estoy aquí junto a mis trabajadores. Hoy hacemos huelga porque creemos que esto nos compete a todos los griegos. Se están recortando los salarios y las pensiones y se suben los impuestos. Esta situación es injusta”, ha explicado la joven empresaria Jara Zuma a este diario.

"Nuestro nivel de vida está siendo reducido dramáticamente porque se nos reducen los salarios y suben los impuestos y el coste de la vida. Nuestro mensaje para la troika y el Gobierno es que esta forma de hacer las cosas es equivocada porque impide el desarrollo del país. Deben entender que la gente ya no aguanta más”, se quejaba el bombero Yannis Ekonomidis, que ha visto su salario reducido de 1.500 a 900 euros desde el inicio de la crisis, como muchos otros trabajadores públicos.

Lanzamiento de objetos

Las columnas de manifestantes han entrado ordenadamente a la plaza de Sintagma, frente al Parlamento griego, para salir por las calles adyacentes y dejar sitio a los nuevos grupos que llegaban. Sin embargo, cuando el bloque anarquista ha alcanzado la plaza, una pequeña minoría ha comenzado a lanzar objetos contra el destacamento de policías antidisturbios colocado en uno de los laterales. De repente, han empezado a caer también bombas incendiarias a las que la policía ha respondido con gran profusión de gases lacrimógenos.

Los disturbios se han extendido a las calles cercanas e incluso hubieron de intervenir los bomberos para apagar un pequeño fuego desatado en los Jardines Nacionales, cuando un cóctel molotov prendió en un árbol. Los encapuchados y los antidisturbios han comenzado a perseguirse por varios barrios de la capital en ese juego del gato y el ratón que tanto parece gustarles, mientras el centro volvía a llenarse del nocivo olor de los gases, que cierran la garganta e irritan la piel como una quemadura, obligando al resto de miles de manifestantes pacíficos a marcharse a casa.

Según datos de la Policía griega, al menos 50 personas han sido detenidas y, de acuerdo a los medios helenos, tres personas han debido ser transportadas a hospitales heridas de diversa gravedad.