Romney: "El mundo es todavía un lugar peligroso"

Gestualizando con el puño cerrado como quien quiere demostrar seguridad y fuerza, Mitt Romney ha cortejado este jueves a unos 200 veteranos del Ejército en Virginia, uno de los estados donde el resultado sigue abierto y cuyo desenlace podría decantar las elecciones presidenciales del 6 de noviembre. El candidato republicano ha cuestionado las políticas de Barack Obama para ayudar a los militares retirados y ha tildado de "devastadores" los recortes en Defensa previstos para el año que viene. Un poco más al sur, el presidente también se ha dirigido a la misma audiencia, aunque en su caso le han escuchado casi 7.000 personas.

De algún modo, Romney jugaba en casa, ya que el universo castrense tiende a votar mayoritariamente republicano. "He salido impresionado", decía Roy Coine, un viejo veterano de la guerra de Vietnam. "Cuando ha dicho que le preocupa el alarmante número de suicidios de militares o el riesgo a que perdamos parte de nuestros beneficios, me ha parecido muy sincero". Romney ha utilizado parte de su munición para apelar al miedo que genera en el Ejército los recortes que entrarán en vigor a partir de enero si nadie lo remedia, cerca de un billón de dólares durante los próximos 10 años.

"Este es todavía un mundo complicado y peligroso, y la idea de recortar en un billón de dólares del compromiso con nuestros militares durante la próxima década es impensable y devastadora", ha dicho el candidato, después de que la audiencia saludara con la mano en el pecho a la bandera y diera gracias a Dios con la cabeza baja por proteger a los militares. "Cuando yo sea presidente, lo detendré. No reduciré el compromiso con nuestros militares", ha apostillado.

Preocupación por el recorte en defensa

Esos recortes, sin embargo, no son una decisión de Obama, sino el fruto del fracaso de las negociaciones con las que demócratas y republicanos trataron el año pasado de reducir el déficit. Al escurrrise el acuerdo, se puso en marcha una serie de recortes prepactados e indiscriminados. La tijera preocupa enormemente a los contratistas y los fabricantes de armas, así como a la cúpula del Pentágono, empezando por el ministro de Defensa, Leon Panetta, quien llegó a decir que sería "como dispararnos nosotros mismo en la cabeza".

Otros, sin embargo, tratan de relativizar su impacto. EEUU gasta anualmente 700.000 millones de dólares en Defensa o, lo que es lo mismo, tanto como las 17 potencias militares que le siguen por detrás. "Va a tener un impacto muy serio porque se tendrán que cancelar grandes programas de armas y muchos contratistas de Defensa ya han empezado a despedir a gente", decía Bill Hayes, veterano de Irak y Afganistán y consultor de Defensa.

Apoyo presidencial a los militares

El asunto tiene una especial resonancia en Virginia, sede del Pentágono, del cuartel general de la CIA o de muchas de las principales industrias militares como General Dynamics. Aun así, Obama aventaja a Romney en cuatro puntos en las encuestas, según la media de Real Clear Politics. El presidente, que ha vuelto a coincidir con Romney en Virginia después de pisarse también los talones la víspera en Ohio, prefirió ensalzar en su discurso las ayudas de su Administración a los veteranos. Como esa que ofrece deducciones fiscales a los empresarios que les contraten. "Nadie que haya luchado por este país debería luchar por un trabajo o por un techo", dijo al sur del estado.

"Sus políticas hacia los veteranos no han funcionado. Tenemos el doble de parados entre los veteranos que entre la población normal", decía Eric Herr en el mitin de Romney. En realidad, su tasa de desempleo está en el 6,6%, más baja que el 8.1% del total de población. Ni Romney ni Obama han servido nunca en el Ejército. El primero apoyó la guerra de Vietnam manifestándose a su favor en la universidad, pero quedó eximido de ella después de pedir varias exenciones para irse de misionero mormón a Francia.