La plaza Tahrir vuelve a ser el epicentro de las protestas de Egipto contra su líder
Un joven fallece en uno de los choques al inhalar gases lacrimógenos de la policía.
El espíritu revolucionario se adueñó ayer de la plaza cairota de Tahrir para exigir que el presidente egipcio, Mohamed Mursi, dé marcha atrás en sus últimas decisiones y reivindicar que los islamistas no dominen todos los resortes del poder. Sin embargo, en algunos de los choques que se produjeron en la cercana plaza de Simón Bolivar un joven de 28 años falleció al sufrir complicaciones respiratorias tras inhalar gases lacrimógenos lanzados por la policía.
Decenas de miles de personas corearon con una sola voz que «la revolución continúa» y que «el pueblo quiere la caída del régimen», en un nuevo paso en sus demandas contra lo que consideran la «dictadura» de Mursi y de los Hermanos Musulmanes, el grupo al que perteneció el mandatario hasta que asumió la Presidencia.
«Mursi es mucho más peligroso que Mubarak. Solo piensa en los Hermanos Musulmanes, que buscan controlar todo», dijo Ihab Yusef, empleado en un banco. Para Yusef, el presidente quiere «acumular todos los poderes» con el acta constitucional emitida el pasado jueves, en el que blinda sus decisiones ante la Justicia.
Este sentimiento era mayoritario en Tahrir, en cuyo centro plagado de tiendas de campaña desde hace cuatro días, destaca una pancarta que reza «Egipto para todos los egipcios».
Los presentes en Tahrir criticaron no solo la citada declaración constitucional, que ha sido la gota que ha colmado el vaso de su paciencia, sino el dominio de las fuerzas islamistas en la asamblea que redacta la nueva Carta Magna. Entre las medidas adoptadas por Mursi el pasado jueves, figura que la actual Asamblea Constituyente y la Cámara alta del Parlamento sean indisolubles.
Pese a los temores al predominio de los islamistas, los presentes ayer en Tahrir, simpatizantes de las fuerzas liberales, se mostraron felices al ver que su pulso contra Mursi y la cofradía estaba teniendo éxito.
Lugar de encuentro
Tahrir volvió a ser el punto en el que confluyen todos los caminos, con marchas provenientes de varias mezquitas de El Cairo en las que participaron personalidades como el Premio Nobel de la Paz Mohamed el Baradei, el ex candidato presidencial Hamdin Sabahi y el conocido escritor Alaa el Aswany.
La división de la sociedad egipcia, palpable desde la llegada al poder de Mursi, se ha hecho aún más evidente desde el acta constitucional.
Para apoyar estas decisiones, los Hermanos Musulmanes convocaron para ayer otra manifestación cerca de la Universidad de El Cairo, que ayer decidieron cancelar para evitar disturbios con los opositores al presidente.