Diario de León

CONFLICTO SIRIO

Secuestrado en Siria el periodista Marc Marginedas

El enviado especial de EL PERIÓDICO fue retenido por yihadistas el 4 de septiembre. Ningún grupo de la fragmentada insurgencia se ha atribuido la captura

Recepción del Cirilo Rodríguez de manos de Diego Carcedo, en mayo.

Recepción del Cirilo Rodríguez de manos de Diego Carcedo, en mayo.

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EL PERIÓDICO / Barcelona
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Marc Marginedas, enviado especial de EL PERIÓDICO en Siria, se encuentra retenido en ese país en manos de un grupo de la insurgencia desde el pasado 4 de septiembre, último día en que se puso en contacto con la redacción en Barcelona. Según diversas fuentes, Marginedas viajaba en coche junto con el chófer que lo acompañaba cuando fue interceptado por combatientes yihadistas en los alrededores de la ciudad de Hama, en el oeste de Siria. Desde entonces, no se ha podido contactar con él.

Veterano corresponsal de guerra de EL PERIÓDICO, Marginedas había entrado en Siria el domingo 1 de septiembre a través de Reyhanli (sur de Turquía) acompañado por opositores del Ejército Libre Sirio (ELS). Desde que estalló el conflicto civil en Siria en el 2011, este era su tercer viaje al país. El objetivo de este nuevo desplazamiento era informar sobre los preparativos para afrontar una intervención militar internacional que en esos momentos se consideraba muy próxima e investigar sobre el ataque con armas químicas del pasado 21 de agosto en las afueras de Damasco.

Marginedas envió su última crónica el lunes 2 de septiembre desde la localidad de Qasr Ibn Wardan, cerca de Hama, en la que relataba la decepción en las filas rebeldes al ver cómo se alejaba la perspectiva de un ataque inminente estadounidense. «Obama habla, pero no hace nada», era el titular de la crónica que recogía este sentimiento y que fue publicada en este periódico al día siguiente. El miércoles debía mandar un reportaje sobre un pueblo cercano que había sido presuntamente saqueado por el Ejército sirio. Hacia el mediodía se puso en contacto con la redacción pero ya no llegó a enviar su información al ser retenido antes.

DESCONFIANZA HACIA EL EXTRANJERO

En uno de los artículos que envió para la edición on line de EL PERÓDICO, Marginedas ya advertía de la peligrosidad de trabajar como periodista en Siria debido a un rápido deterioro de la situación desde su último viaje (en el mes de abril) y de cómo sus acompañantes le advertían de la necesidad de mantenerse en silencio. «Desde aquí hasta Sarmada hay muchos controles en manos de islamistas. Desconfían de los extranjeros y es mejor que no sepan quién eres», le pidieron.

Ninguno de los grupos de la insurgencia siria se ha atribuido tener en sus manos al enviado especial de este diario. Pero esta última semana, en un foro yihadista, ha aparecido un llamamiento «a capturar a todos los periodistas, identificar los equipos que utilizan y registrarlos para localizar los chips en los que tienen fotos y noticias de yihadistas». Estos combatientes sospechan que los informadores que actualmente trabajan en Siria podrían ser en realidad «un tipo de espías que trabajan bajo la cobertura de periodistas».

Tras dos años y medio de guerra, la situación ha cambiado radicalmente en Siria en las últimas semanas y la tensión latente de los últimos meses entre la corriente mayoritaria de la rebelión, representada por el ELS, y las facciones más duras de la insurgencia vinculadas a Al Qaeda ha derivado en conflicto abierto. El miércoles pasado, el Ejército Islámico de Irak y el Levante (ISIL en sus siglas en inglés) lanzó un ataque relámpago contra la localidad de Azaz, en el norte de Siria, en el que consiguió arrebatarle el control al ELS. El viernes, los dos grupos pactaron una tregua, pero no resolvieron quién va a tener el control de la ciudad.

Activistas e islamistas del norte de Siria han constatado también en los últimos días que cientos de rebeldes se han unido a los grupos afiliados a Al Qaeda en el norte y en el este de Siria, tanto al ISIL como al Frente Al Nusra. «Este es un síntoma de que estos grupos están adquiriendo más poder. La región puede caer en manos yihadistas», señaló una activista a la agencia Reuters desde la ciudad de Raqqa.

Al parecer, este trasvase no sería solo de combatientes individuales, sino que serían brigadas enteras las que se habrían unido al ISIL y a Al Nusra. Muchos combatientes rebeldes se sienten atraídos por estas unidades más radicales puesto que suelen ser más efectivas, tienen más recursos y están mejor armadas. Muchos de sus miembros han luchado en Irak y Afganistán.

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