Diario de León

CONVULSIÓN EN LA POLÍTICA ITALIANA

El delfín de Berlusconi llama a romper filas y apoyar a Letta

Alfano pide que los conservadores den confianza al Gobierno en la votación de hoy. Unos 40 senadores parecen dispuestos a traicionar el liderazgo del exprimer ministro

Angelino Alfano, secretario general del PDL, ayer a la salida de la casa de Roma.

Angelino Alfano, secretario general del PDL, ayer a la salida de la casa de Roma.

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ROSSEND DOMÈNECH / Roma
León

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La breve distancia que separa el edificio del Congreso de la Moncloa de Italia parecía ayer las Ramblas de Barcelona. Unos iban y venían y otros realizaban el recorrido al revés y eran todos mensajeros o mediadores del partido conservador que negociaban por cuenta propia o en nombre de Silvio Berlusconi con Enrico Letta, técnicamente presidente de un Gobierno de coalición a quien el líder conservador ha retirado el apoyo y, por lo tanto, destinado a dimitir.

Hoy comienza en el Parlamento, con un discurso de Letta, un debate en el que, por efecto de la decisión de Berlusconi de hacer dimitir a sus cinco ministros, los conservadores deberán decidir si siguen o no apoyando al 'governissimo', come se llama en Italia la extraña gran coalición de progresistas y conservadores.

El resultado final de la actividad frenética de ayer, reflejada en el voto de hoy o mañana, será, con toda probabilidad, que Berlusconi habrá dado marcha atrás y dirá que no existe nada mejor que un Ejecutivo presidido por Letta. Puro Pirandello, afirmaría un autor de sátira política.

El precio que posiblemente pagará Berlusconi para salirse con la suya será la división del Partido de la Libertad (PDL) en, por lo menos, dos formaciones, debido a la presumible disidencia de al menos 40 senadores que han rechazado su orden.

"Permanezco en mi convicción de que nuestro partido, todo entero, tiene que votar por dar confianza a Letta", dijo ayer por sorpresa Angelino Alfano, secretario de los conservadores, número 2 del PDL y uno de los berlusconianos más leales, aunque días atrás se había definido como "diversamente berlusconiano".

Al final, según los observadores italianos, lo que está en juego no es tanto el Ejecutivo de Letta, sino la supervivencia de un PDL unido en torno a Berlusconi. El Partido Popular Europeo (PPE) ha trabajado mucho en estos días para propiciar la formación de un nuevo partido de la derecha italiana sin Berlusconi.

Frente a la cuenta de los disidentes de Berlusconi, el católico y conservador Carlo Giovanardi insistía ayer en que "tenemos los votos, somos más de 40 y estamos firmes en mantener el Gobierno". El ajuste de cuentas interno a los conservadores debe ser de aúpa en estas horas, si la misma pasionaria, Daniela Santanché, la más adicta a Berlusconi, ha ofrecido retóricamente su puesto para que el líder pueda dar marcha atrás con una cierta dignidad. "Ofrezco mi cabeza sobre una fuente de plata, porque lo único que me interesa para el bien de nuestros electores y de Italia es que, sobre aquella fuente, no termine la cabeza del presidente Berlusconi", ha dicho.

Como nada es gratis, la marcha atrás que ofrece Berlusconi tendría un precio. Letta debería incluir entre los objetivos del Gobierno, según el líder del PDL, la reforma de la Justicia, único caballo de batalla de Berlusconi y, sobre todo, la imposibilidad de interpretar retroactivamente la ley anticorrupción.

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