Corea del Norte conmemora la muerte de Kim Jong-il con mensajes de unidad
Corea del Norte conmemoró ayer el segundo aniversario de la muerte de su anterior líder, Kim Jong-il, con mensajes de unidad en torno al joven Kim Jong-un, que cumple dos años en el poder en plena agitación política tras la ejecución de su tío y ex «número dos» del régimen.
A diferencia del gran desfile que conmemoró el primer año de la muerte del «querido líder» el 17 de diciembre de 2012, en esta ocasión tuvo lugar un acto más cerrado y político en el principal pabellón deportivo de Pyongyang, donde miles de altos cargos del régimen confirmaron su lealtad al nuevo dirigente.
Todos los norcoreanos deben «mantener en alta estima al camarada Kim Jong-un como el centro único de la unidad y el liderazgo» del país, afirmó en su discurso Kim Yong-nam, presidente del Buró Político de la Asamblea Popular Suprema de Pyongyang.
El cierre de filas en torno a Kim Jong-un, que presidió el acto en silencio, se interpreta como un intento de la elite norcoreana de garantizar la unidad política tanto en el Ejército y el Partido de los Trabajadores -principales pilares del régimen- como en la población, en un momento de cambios políticos en el país.
Estos cambios, difíciles de medir por el extremo hermetismo de Pyongyang, tienen su origen en la ejecución de Jang Song-thaek, tío del líder considerado hasta hace poco número dos del intrincado sistema de poder norcoreano que cayó en desgracia por supuesta traición y otros crímenes contra el Estado.