Los egipcios votan la Constitución en un ambiente polarizado en el país
Los simpatizantes islamistas defienden que la Carta Magna legítima es la de 2012 .
La segunda y última jornada del referéndum constitucional transcurrió ayer en Egipto con un abrumador apoyo al «sí» en los colegios electorales y el rechazo a la Carta Magna expresado en la calle con las protestas de los islamistas.
Aunque las manifestaciones no derivaron en violencia como en la víspera, cuando falleció una decena de personas en diversos enfrentamientos, la tensión y polarización era evidente en muchas zonas del país.
Los que acudieron a las urnas celebraron la llamada por algunos «boda de la democracia» entre cánticos y albórbolas, el ulular que tradicionalmente efectúan las mujeres durante las festividades.
En contraste con este ambiente, los simpatizantes de los Hermanos Musulmanes cortaron el tráfico en algunas avenidas y una línea del metro de El Cairo, quemaron pancartas a favor del «sí» y algunos exaltados atacaron un par de colegios electorales.
Con estas acciones, en las que han sido detenidas más de 120 personas, casi la mitad de ellas en El Cairo, mostraron de nuevo su postura de boicot al proceso, al considerar que la Constitución legítima es la redactada en 2012 por una mayoría islamista y suspendida por los militares tras el golpe de Estado que el pasado 3 de julio derrocó al presidente egipcio, el islamista Mohamed Mursi.
El nuevo texto, que enmienda esa Carta Magna, es visto por sus defensores como un buen paso para avanzar hacia el futuro y lograr la estabilidad de Egipto, un proceso que muchos de los votantes quieren que encabece el jefe del Ejército y ministro de Defensa, general Abdel Fatah al Sisi.
«La Constitución es algo muy grande que supondrá la salvación de Egipto de todos los males y tormentas que le estaban esperando», dijo el ingeniero jubilado Naser Suleiman tras votar en la escuela Al Qaumiya del barrio cairota de Aguza.
Para el presidente de una de las mesas electorales, Ahmed Hasan Musalhi, la Carta Magna cumple con «las aspiraciones del pueblo, respeta las libertades y es un buen paso hacia la democracia».
Más que en el texto, muchos de los votantes piensan en la próxima etapa. El propio plebiscito se ha convertido en un modo de aprobar la hoja de ruta trazada por los militares y de valorar el respaldo a Al Sisi.
Lo importante es lograr una participación aceptable, que supere al menos el 33% del anterior referéndum constitucional, y deje en papel mojado los llamamientos al boicot de los islamistas.
El primer ministro egipcio, Hazem el Beblaui, aseguró ayer que en algunas provincias la participación en la primera jornada de votación superó el total del plebiscito de 2012, por lo que instó a los Hermanos Musulmanes a reconsiderar su postura.
En esta misma línea, el portavoz de la Presidencia, Ehab Badaui, alabó la «gran participación» en este proceso «histórico», y apuntó que «millones de ciudadanos están demostrando su fe en la democracia».