CONTROVERTIDA PENA DE MUERTE
El Supremo de EEUU suspende la ejecución de un preso con malformaciones congénitas
La inyección letal podría provocar un gran sufrimiento a Russell Bucklew, que sufre un defecto en los vasos sanguíneos que le causa hemorragias
Russell Bucklew, en una imagen facilitada por las autoridades penitenciarias de Misuri.
El Tribunal Supremo de EEUU ha suspendido la ejecución de Russell Bucklew, prevista para esta madrugada en Misuri y que había causado controversia debido a que las malformaciones congénitas del reo podrían provocar que la inyección letal le causase un excesivo sufrimiento. Esta suspensión temporal se produce después de la polémica ejecución de Clayton Lockett, que murió tras 40 minutos de agonía.
El juez Samuel Alito ha ordenado la suspensión temporal de la ejecución hasta nueva orden sin precisar los motivos de la decisión. A lo largo de las últimas semanas diferentes instancias judiciales se habían pronunciado en sentidos opuestos sobre la ejecución del reo, que había vuelto a ser autorizada por un tribunal federal de Apelaciones antes de la decisión del Supremo. El propio gobernador de Misuri, Jay Nixon, había rechazado las peticiones de clemencia. Bucklew fue condenado a muerte por asesinar en 1996 al novio de su expareja, a la que secuestró y violó, y disparar a un agente tras una persecución policial.
Tras anunciarse la suspensión, la oficina del fiscal general del estado, Chris Koster, ha apelado la decisión con el argumento de que esa disposición judicial entra en conflicto con sentencias anteriores del Tribunal Supremo.
Revés para la Corte de Apelaciones
La decisión del Supremo es un revés para la Corte de Apelaciones, que antes había decidido levantar la suspensión de la ejecución a pesar de haber considerado en su resolución anterior que "las incuestionables evidencias médicas demuestran que hay una probabilidad suficiente de que (con la inyección letal el reo) sufra un dolor innecesario y un sufrimiento mayor del constitucionalmente aceptable que es inherente a todas las ejecuciones".
La abogada del preso, Cheryl Pilate, recurrió entonces la decisión ante el Tribunal Supremo y alegó que su cliente padece un defecto congénito que provoca malformaciones en los vasos sanguíneos de la cabeza, cara y garganta que le causan hemorragias. Según Pilate, debido a esas malformaciones, los fármacos de la inyección letal podrían no circular bien por las venas del preso y provocarle dolor, lo que iría contra el mandato constitucional que prohíbe los castigos crueles.
Polémica por el cóctel de fármacos
De producirse finalmente, el ajusticiamiento de Bucklew sería el primero en Estados Unidos tras la accidentada ejecución de Clayton Lockett, que murió de un ataque al corazón 40 minutos después de recibir la inyección letal a finales de abril. Esa ejecución ha reabierto el debate sobre la pena de muerte y especialmente sobre el secretismo en el uso de cócteles de fármacos usados en la inyección letal, que según los críticos pueden desembocar en sufrimiento excesivo del condenado.
Misuri es uno de los estados que utiliza inyecciones de pentobarbital y mantiene en secreto el origen y la combinación que administra en las ejecuciones.
Bucklew pidió que haya cámaras para grabar cuando le apliquen la inyección letal, algo que se le ha denegó, según las organizaciones defensoras de los condenados a muerte. "Si los funcionarios de Misuri tienen suficiente confianza para ejecutar a Russell Bucklew, deberían tenerla también para grabarlo con vídeo", indicó Pilate la pasada semana al presentar dicha solicitud en nombre de su cliente.