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Gobierno y separatistas respetan en general la tregua firmada en Ucrania

Los dos bandos denuncian incidentes aislados y reclaman control internacional.

Armamento del Ejército ucraniano atacado y destruido cerca de la localidad de Mariupol.

Publicado por
borís Klimenko | kiev
León

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Las fuerzas ucranianas y los separatistas prorrusos respetaron ayer en general el primer día del alto el fuego decretado el viernes, aunque empañado por algunos incidentes aislados denunciados por los dos bandos enfrentados en el este de Ucrania.

El presidente ucraniano, Petró Poroshenko, y su homólogo ruso, Vladímir Putin, constataron en una conversación telefónica que la tregua firmada el viernes en Minsk con mediación de Rusia y la Osce se ha respetado en general hasta ahora y resaltaron la importancia del control internacional para garantizar su éxito en el futuro.

La manifiesta voluntad del líder ucraniano de no poner en peligro el cese de hostilidades, que contrasta con su hasta hace poco inquebrantable defensa de la operación militar contra los separatistas, tendrá que resistir en los próximos días a las más que previsibles escaramuzas en los dos bandos.

Los primeros incidentes, algunos de los cuales ya han sido atribuidos a saboteadores que quieren reventar el acuerdo, tuvieron lugar ya el viernes, aunque incluso el líder de los rebeldes de Donetsk, Alexandr Zajárchenko, apuntó que pudieron deberse a que la orden de dejar de disparar no había llegado aún a todos los combatientes.

El más grave ocurrió junto a la localidad de Schastie, a pocos kilómetros de la ciudad de Lugansk, donde al menos once miembros del batallón de voluntarios ucraniano Aidar murieron a manos de las milicias tras caer en una emboscada.

El comandante adjunto del Aidar, Román Romanóvich, denunció que sus hombres fueron masacrados por los rebeldes ya después del alto el fuego, pero el llamado Estado mayor de los sublevados aseguró a la agencia rusa RIA-Nóvosti que «el batallón cayó en una emboscada antes de la tregua».

Por su parte, los separatistas denunciaron la muerte de cuatro civiles durante la madrugada del sábado como resultado del fuego de artillería ucraniano contra la ciudad de Donetsk, habitada por casi un millón de personas antes del estallido de la guerra.

También el responsable de Defensa de la autoproclamada república popular de Donetsk, Vladímir Kónonov, denunció que las tropas de Kiev aprovechan la tregua para acercar su artillería y blindados a las posiciones de los rebeldes en lugar de alejar el armamento pesado de las inmediaciones de las ciudades, tal y como se acordó en el protocolo del alto el fuego firmado en Minsk.

Por lo demás, las dos regiones vivieron ayer una jornada tranquila y apacible, algo que enseguida fue aprovechado por los habitantes de las ciudades más castigadas por los estragos de la guerra, en la que el Gobierno de Kiev denuncia que los rebeldes cuentan con ayuda militar directa de Rusia.

Los pocos residentes que aún resisten en la ciudad de Lugansk, sin agua ni luz desde hace un mes y medio, salieron de sus escondites para intentar devolver al menos una apariencia de normalidad a sus calles y barrios.