Diario de León

China pide a Japón asumir su culpa en la matanza de Nankín para pasar página

Tropas niponas eliminaron entre 1937 y 1938 a más de 300.000 personas, según Pekín .

El presidente chino durante el acto conmemorativo.

El presidente chino durante el acto conmemorativo.

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rafael cañas | pekín
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China volvió a instar ayer a Japón a que asuma su responsabilidad por la matanza de la ciudad de Nankín, donde tropas japonesas mataron entre 1937 y 1938 a más de 300.000 personas, según Pekín, aunque apostó también por enterrar el odio y promover la amistad entre ambos países.

La conmemoración del 77 aniversario del inicio de la matanza, la primera con el rango de Día Nacional, contó con la presencia del presidente chino, Xi Jinping, quien ofreció la mano abierta al nuevo Gobierno japonés que salga de las elecciones legislativas de hoy, aunque sin renunciar a los tradicionales puntos de vista de Pekín.

Xi no dejó de reclamar que Tokio admita su culpa por las masacres: «La Historia no aceptará a quienes nieguen la matanza de Nankín», afirmó.

«Olvidar la historia es una traición y negar un crimen es repetirlo», recalcó el jefe del Estado chino.

Aunque desde 1945 Tokio ha pedido perdón en varias ocasiones por el «sufrimiento» provocado por sus políticas ultranacionalistas y militaristas de los años treinta, en China y Corea del Sur no se han considerado unas disculpas lo suficientemente completas y sinceras.

Incluso, no faltan voces en Japón, especialmente en medios más conservadores y nacionalistas, que cuestionan que la matanza de Nankín tuviera lugar.

Xi recalcó que «los crímenes no deben ser olvidados» y recordó que desde el final de la Segunda Guerra Mundial, en 1945, los tribunales internacionales han culpado a Japón de la matanza de Nankín, una ciudad situada en el este de China y que actualmente tiene ocho millones de habitantes.

Sin embargo, y aunque señaló a quienes en Japón aún se resisten a admitir la responsabilidad nipona en atrocidades y crímenes de guerra cometidos durante la invasión japonesa y la Segunda Guerra Mundial, el presidente chino también tendió una mano a Tokio.

«El que un puñado de militaristas comenzara una guerra no es razón por si sola para que odiemos a una nación», afirmó Xi, quien recalcó que «no celebramos esta ceremonia con odio. China y Japón deben ser amigos».

El 13 de diciembre de 1937, tras la invasión de China, el Ejército japonés llegó a Nankín y, en las seis semanas siguientes, sus soldados incendiaron y saquearon, violaron a decenas de miles de mujeres y asesinaron a entre 150.000 y 340.000 personas, según distintas fuentes históricas. China mantiene una cifra de más de 300.000 víctimas mortales.

En la ceremonia de ayer, seis representantes de la ciudad hicieron sonar la campana de la paz y se soltaron tres mil palomas.

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