Diario de León

CITA TRASCENDENTAL CON LAS URNAS

Grecia, ¿motor de cambio o evidencia del fracaso?

Los griegos esperan con escepticismo unos comicios marcados por la polarización de posturas y la corrupción como tema central

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AINA VALLDAURA / ATENAS
León

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Grecia esta a punto de vivir unos comicios que muchos valoran de históricos, y de punto de partida del cambio. En las calles de Atenas, sin embargo, el ambiente está lejos de cambiar. La esperanza es la gran ausente.

Los comicios de este domingo se esperan con espectación pero algunos piensan que su resultado no servirá para nada. Un hombre vestido con una americana de pana mira con curiosidad las portadas de los periódicos y comenta: "La gente está enfadada y no piensa racionalmente, por eso ganara Syriza".

Otros se muestran más convencidos de que el cambio es posible. Un hombre en el mismo quiosco declara: "Yo votaré Syriza, la última vez no los voté pero esta vez sí".

A las siete de la tarde la ciudad se sumerge en la penumbra, en las estrechas calles próximas a la plaza Omonia la oscuridad se hace presente, no hay turistas ni transeúntes curiosos. Gentes sin hogar toman las calles y se acomodan poco a poco en las esquinas y portales. Llueve.

Una mujer tendida en el suelo y a su lado un policía indiferente, no la mira, simplemente vigila. La policía armada con subfusiles y con un autobús lleno de material antidisturbios controla el tráfico y los alrededores de la plaza. Un quiosquero de los alrededores señala: "Esto es como Bangladesh".

PANFLETOS DE AMANECER DORADO

A medianoche, alguien reparte panfletos del grupo de extrema derecha Amanecer Dorado, una foto de Samaras como culpable de la crisis en la que vive el país desde hace años y una foto de su líder, a día de hoy en prisión por ordenar asesinatos ilustra su mensaje. Ellos dicen ser la solución, pero solo para los griegos.

La luz se disipa a medida que nos alejamos de la plaza Syntagma, donde el parlamento ilustra esperanza y derrota al mismo tiempo. Aparecen los edificios oscuros, en ruinas, pintadas en cualquier rincón. "Nadie se preocupa por nada, incluso antes de la crisis nadie invertía aquí", señala una camarera. "Y ahora, con la crisis, las prioridades son otras", añade.

A esta ciudad le persigue su pasado, grandes edificios abandonados, viviendas desocupadas, alumbrado público averiado... El pueblo griego espera con un fuerte escepticismo una salida, ya no de la crisis económica, sino de la humanitaria.

La fuerte presencia de la política en las calles, los periódicos de partido, la cartelería, en contraste con la pobreza, la descomposición del Estado.

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