Las familias de los pasajeros empiezan a regresar a sus hogares

A pesar de la tragedia, la vida continúa para los familiares de las víctimas, que tratan de volver, como pueden, a la rutina. Buena prueba de ello es que del centenar de personas que se alojaron en el hotel Don Jaime de Castelledefels los días posteriores a la catástrofe, en estos momentos quedan alojados una treintena. Una vez que han pasado el brutal shock inicial y han afrontado el viaje hasta el lugar del siniestro en los Alpes franceses, el deseo de la mayoría de las familias es regresar a sus casas.

En parte porque «van mejorando» y ganan en «tranquilidad» a medida que trascienden los avances sobre las labores de rescate de los restos mortales y de la posible repatriación de los cuerpos, señalaron ayer fuentes del Servicio de Emergencias Médicas de la Generalitat y de Protección Civil, que forman parte del equipo de atención que cuida a los familiares. Eso sí, aún tienen que «gestionar» toda esa información y están en una «situación complicada». «El estado anímico no se cura con los días, es un proceso largo», añadieron.

De momento, los que viajaron a los Alpes regresaron con la sensación de que les ha «servido», que ha sido «útil» para su recuperación y que el durísimo mal trago ha sido una terapia «necesaria» para afrontar el duelo y la inevitable lucha para volver a la normalidad, según señalan los profesionales que les están atendiendo. La mayoría de los familiares, en torno a medio centenar se desplazaron en avión -salieron el jueves por la mañana y regrearon el mismo día de madrugada- y una quincena se desplazó en autobús entre el miércoles por la noche y el viernes a primera hora de la tarde. Un pequeño grupo se quedó allí. Los que aún no han acudido al lugar de la tragedia y quieran hacerlo o los que ya hayan estado y deseen repetir podrán hacerlo hoy, en un avión que la compañía alemana pondrá a su disposición a primera hora de la tarde.

En principio, según fuentes del equipo de atención a los familiares, «no parece que su voluntad» sea volver a los Alpes de manera inmediata. Maribel Calvo y Robert Oliver perdieron a su hijo en el trágico siniestro y de momento no tienen intención de ir. «Viajaremos cuando nos digan que ya podemos recoger los restos mortales de nuestro hijo», afirmaron, aunque tampoco albergan muchas esperanzas. «El avión quedó pulverizado. Y si una estructura tan fuerte como el avión quedó así…».