El copiloto aceleró el avión para estrellarlo

Por si quedase alguna duda acerca de sus terribles intenciones, el análisis de la segunda caja negra del avión de Germanwings, hallada el jueves, ha desvelado que el copiloto, Andreas Lubitz, descendió el avión y aumentó de forma voluntaria la velocidad antes de precipitar la aeronave en los Alpes franceses con otras 149 personas a bordo tras encerrarse en la cabina. Según desvelaron portavoces de la Oficina de Investigaciones y Análisis de la aviación civil francesa (BEA), Lubitz «utilizó el piloto automático para emprender el descenso hacia una altitud de 100 pies (30 metros) y luego, varias veces durante la bajada, modificó su reglaje para aumentar la velocidad del avión».

El análisis de la primera caja negra, la que registra las conversaciones y los ruidos en la cabina de pilotaje -encontrada poco después de la catástrofe-, ya había llevado a deducir que Lubitz decidió suicidarse y arrastrar con él a la muerte a las otras 149 personas que viajaban en el avión. La BEA no aporta elementos suplementarios, pero precisa que sus «trabajos continúan para establecer el desarrollo preciso de los hechos ocurridos durante el vuelo».

Una integrante del equipo de rescate de la Gendarmería francesa encargado de las operaciones de búsqueda en el lugar del siniestro, ocurrido el 24 de marzo, halló el jueves la segunda caja negra semienterrada en el fondo de un profundo barranco. Se trata del Flight Data Recorder (FDR), un dispositivo que contiene los parámetros técnicos del vuelo. El aparato, del tamaño de una caja de zapatos , estaba completamente ennegrecido por el fuego pero, a pesar de su mal estado, ha sido posible recuperar los datos con fiabilidad.

Según precisó el fiscal a cargo de la investigación, Brice Robin, esta segunda caja negra contiene «500 parámetros».

Por otro lado, la Gendarmería francesa reveló que ya no hay más cuerpos en la zona del drama y que la evacuación de los restos humanos ha terminado.