Al Qaeda avanza en el sureste del Yemen gracias al vacío de poder y seguridad
Prosiguen los bombardeos de la coalición árabe contra los rebeldes hutíes que se enfrentan a las fuerzas del presidente.
El grupo terrorista Al Qaeda realizó ayer nuevos avances en la provincia de Hadramut, en el sureste del Yemen, gracias al apoyo de tribus suníes locales y al vacío de poder y de seguridad causado por el actual conflicto.
Los yihadistas y sus aliados tribales tomaron en esta jornada el control del cuartel de la Brigada Mecánica 27 del Ejército yemení y del sector número 14 del vecino campo petrolero de Al Masila.
La base militar, de la que el jueves se retiraron los soldados, está situada cerca de Al Mukala, capital de Hadramut, que estuvo bajo el dominio total de la organización terrorista los pasados 2 y 3 de abril.
Posteriormente, combatientes tribales anunciaron que habían expulsado a los radicales de la ciudad, aunque en realidad se creó una coalición con los clanes suníes denominada Hijos de Hadramut. Ambos grupos formaron además un consejo local para administrar la ciudad y empezaron a atacar cuarteles cercanos, según dijeron fuentes tribales.
Estos avances se producen después de que los miembros de Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA) tomaran el jueves el aeropuerto internacional Rayan y el puerto de exportación de petróleo Al Dabat, cercanos a Al Mukala.
Mientras el caos favorece a los extremistas en Hadramut, en el resto del país prosiguieron ayer los bombardeos de la coalición árabe contra las posiciones de los rebeldes hutíes y los combates entre estos y las fuerzas leales al presidente yemení, Abdo Rabu Mansur Hadi.
La aviación de la coalición bombardeó la sede de la Brigada 22 de la antigua Guardia Republicana, que respalda al ex presidente Ali Abdalá Saleh -aliado de los hutíes- en la ciudad de Taiz, la tercera en importancia estratégica del Yemen.
En esta urbe, los rebeldes del movimiento chií libraron además por tercer día consecutivo enfrentamientos con milicianos tribales partidarios de Hadi.
Un residente de Taiz, Anis Ahmed, explicó que las calles están desiertas y que muchos habitantes están abandonando la ciudad debido a la escalada de la violencia.