Los guardias civiles, esperanzados con encontrar bien a los españoles
Los cinco guardias civiles que viajan a Nepal para sumarse a las tareas de rescate tras el terremoto registrado en el país han asegurado antes de partir que «siempre quedan las esperanzas de poder encontrar a la gente bien». El teniente de la Jefatura del Servicio de Montaña de la Guardia Civil Fernando Rivero Díaz ha explicado la que será la misión prioritaria de este operativo, dirigirse a la zona montañosa de Nepal para localizar a los españoles.
Nueve de los 59 españoles de los que aún no se sabe nada, estarían en la zona más afectada por el terremoto de 7,8 grados de magnitud, concretamente en el parque natural de Langtang.
Los agentes, según Rivero, albergan la esperanza de que esas personas pudieran estar en la parte alta de ese valle, que «es más ancha y, aunque haya estado batida por avalanchas, allí hay más posibilidades de refugiarse». No obstante, el teniente, que ya ha estado en Nepal en ocho ocasiones, ha advertido de que «no sabemos exactamente lo que nos vamos a encontrar ahora».
El Gobierno de Nepal ha autorizado a los agentes a realizar las gestiones correspondientes para alquilar un helicóptero privado y poder sobrevolar la zona, según el guardia civil.
A los cinco agentes, que se trasladan en un vuelo comercial a Katmandú y que actuarán como «comisión aposentadora», le seguirán hoy otros siete guardias civiles que viajarán a bordo de una aeronave del Ejército del Aire. Al operativo podrían incorporarse también 40 efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME).
Regreso
Uno de los montañeros de la Sociedad Deportiva Torrelavega (SDT) que estaba de viaje por Nepal, Samuel Castillo, ha regresado a España tras haber salido del país por sus propios medios, y llegó en un vuelo a Madrid con el campurriano Emilio José García y con Bernabé Gallego, de Miranda de Ebro (Burgos).
En Nepal permanecen aún más cántabros, como Roberto Marcano Concha, también de la Sociedad Deportiva Torrelavega, que estaba ayer todavía a 700 kilómetros de Katmandú junto al santanderino Juan Carlos Iglesias, e Isabel Ortiz, cuyos familiares desconocían aún su paradero.
Ayuda
La ayuda a los afectados comenzaba ayer a llegar a las zonas más golpeadas fuera de Katmandú, seis días después del terremoto que azotó Nepal, donde Naciones Unidas ha constatado que innumerables aldeas han quedado literalmente aplastadas.