Diario de León

Irak lanzan una contraofensiva para intentar frenar al Estado Islámico

Los yihadistas controlan el otro lado de la frontera, en el desierto central de Siria.

Integrantes de la milicia chiíta iraquí Kitab al-Abbas.

Integrantes de la milicia chiíta iraquí Kitab al-Abbas.

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Efe | Bagdad / Beirut

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Las fuerzas iraquíes pasaron ayer al contraataque en la provincia de Al Anbar para expulsar a los yihadistas del Estado Islámico (EI), que sin embargo consolidan su control del otro lado de la frontera, en el desierto central de Siria.

Desde la caída de Ramadi, capital de Al Anbar, en manos del EI el pasado domingo, las autoridades iraquíes se habían dedicado a reorganizar sus fuerzas entre nuevos ataques en la zona de los extremistas.

En esta jornada, decidieron tomar la iniciativa con una operación para expulsar a los radicales de la población de Hasiba, a 20 kilómetros al este de Ramadi, en la que parece que van a tener un papel preponderante los milicianos chiíes.

Una fuente de la policía iraquí informó a Efe de que en la campaña participan también combatientes tribales suníes y que por el momento se logró recuperar el control de la comisaría de Hasiba. Hasiba está próxima a las áreas de Al Habaniya y Al Jaldiya, donde las fuerzas gubernamentales y los milicianos chiíes se preparan para lanzar la gran ofensiva para liberar Ramadi, para la que todavía no hay fecha.

Bombardeo

Cerca de Al Jaldiya, seis yihadistas murieron ayer y ocho resultaron heridos en un bombardeo de la coalición internacional contra sus posiciones.

Las fuerzas iraquíes, según dijo a Efe una fuente militar, tomaron medidas para proteger las zonas de Al Hasiba al Sharquiya, Al Jaldiya y Al Habaniya, que se encuentran, respectivamente, a 7, 20 y 30 kilómetros al este de Al Ramadi.

La fuente señaló que las operaciones militares para liberar la zona de Yawiba, ubicada en el suburbio de Ramadi, continúan hasta el momento y que el Ejército iraquí y las milicias afines registran avances. Esta primera contraofensiva en Al Anbar tras la toma de Ramadi por parte del EI se produce tras la llegada de refuerzos de milicianos chiíes y de combatientes tribales suníes a la zona.

La caída de Ramadi, a poco más de 100 kilómetros de Bagdad, supuso un duro revés para el Gobierno iraquí, que tras la liberación de la provincia de Saladino en marzo tenía el objetivo de proseguir con Al Anbar.

Esta provincia es fronteriza con la región siria de Homs, donde el EI efectuó en los últimos días varias conquistas, entre ellas el cruce de Al Walid entre ambos países. En esta jornada, los yihadistas apenas avanzaron sobre el terreno en Homs, según explicó a Efe una activista de la red opositora siria Smart, que pidió el anonimato.

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