el drama de la inmigración
Berlín urge a abrir "nuevos caminos" para acoger récord de 800.000 refugiados
El Ejecutivo de Merkel ha convocado para el 24 septiembre una cumbre con los "Länder" para abordar este problema, de la que los estados federados aspiran a obtener un aumento de los recursos.
El Gobierno alemán ha urgido este miércoles a buscar "nuevos caminos" para dar acogida al récord de 800.000 peticionarios de asilo que estima llegarán al país este 2015, un desafío al que la primera economía europea dice que no puede responder sola, sino que precisará "del esfuerzo compartido" de la UE.
Los nuevos pronósticos de llegada de solicitantes son cuatro veces superiores a la cifra de los acogidos en 2014, recordó el ministro del Interior, Thomas de Maizière, al presentar estas estimaciones del Departamento de Migración y Refugiados. La cifra rebasa los cálculos avanzados estos días por medios alemanes -750.000- y casi dobla las 450.000 solicitudes que había pronosticado el mencionado departamento, hace tres meses.
"Estamos ante un nuevo desafío, al que tenemos que responder abordando nuevos caminos", dijo el ministro, quien implicó en la búsqueda de las soluciones tanto a los "Länder" (estados federados) y poderes locales alemanes como al conjunto de la Unión Europea (UE). Nada hace suponer que la ola de refugiados disminuirá en los próximos meses, dado que "lamentablemente no se vislumbran soluciones a las crisis humanitarias y conflictos armados" que impulsan a esas personas a dejar sus lugares de origen, destacó. Alemania "no está desbordada", sino que responderá al desafío "de forma responsable" para ofrecer a las personas necesitadas de protección "un refugio digno", dijo el ministro, quien anunció la articulación de 150.000 nuevas plazas para su acogida.
El ministro se comprometió asimismo a actuar con la máxima dureza contra los brotes de racismo que, al igual que las cifras de refugiados, se han disparado este 2015: se han registrado 200 ataques a centros de refugiados en los primeros seis meses del año. Junto a los propósitos de respuestas responsables, De Maizière aseguró que se articularán los mecanismos precisos para acelerar la evaluación de las solicitudes, agilizar la integración de quienes tienen perspectivas de quedarse o expulsar a los que no. De Maizière se refirió así a los solicitantes llegados de los Balcanes, un 40 % del total, a los que teóricamente no les asiste el derecho de asilo por proceder de países considerados seguros.
La presentación de estos pronósticos se produce en medio de la alarma social por los ataques xenófobos y la reclamación de más recursos por parte de los estados alemanes. En todo el país se ha improvisado campamentos en viejos cuarteles, antiguos hangares de aeropuertos o recintos deportivos, mientras las ONG de ayuda a los refugiados alertan de las crecientes tensiones aparecidas entre los residentes de centros saturados. Los estados federados gobernados en gran coalición -como el "Land" de Berlín- o por Verdes y socialdemócratas -como Baden-Württemberg- han apremiado al Gobierno de Angela Merkel a aumentar las partidas para la acogida de refugiados.
En la conservadora Baviera se han empezado ya a instalar los llamados "centros de acogida exprés", capacitados para decidir la rápida expulsión de los peticionarios procedentes de los Balcanes. Ese "Land" insiste además en que se recorten los subsidios a los solicitantes -143 euros mensuales en los tres primeros meses, cuando debe residir en un centro de acogida, y entre 280 y 360 en el periodo posterior-, con el argumento de que en Alemania son más altos que en otros países UE, lo que genera un "efecto llamada".
Esta cuestión es altamente controvertida y ya en 2012 el Tribunal Constitucional dictaminó que no podían situarse por debajo de lo que se considera mínimo para garantizar una existencia digna. Los apremios de los "Länder" se suceden, mientras las cifras aumentan semana a semana, ante el temor de que Hungría cierre su frontera con Serbia y bloquee una de sus rutas más habituales. Hasta ahora, el máximo histórico de acogida estaba en 438.000, correspondiente a 1992, en plena guerra de los Balcanes. El Gobierno de entonces, liderado por el conservador Helmut Kohl, reaccionó restringiendo las leyes de asilo, hasta entonces las más permisivas de la UE, mientras se desataba la peor ola de ataques xenófobos de la historia de la Alemania moderna.
El Ejecutivo de Merkel ha convocado para el 24 septiembre una cumbre con los "Länder" para abordar este problema, de la que los estados federados aspiran a obtener un aumento de los recursos. En medios como "Der Spiegel" han arreciado las críticas a la canciller, a la que se achaca frialdad ante el drama humanitario que empuja a los refugiados hacia la primera economía de la UE.