La Unión Europea realojará a 120.000 asilados tras un frágil pacto común
No logran la unidad por el rechazo de Hungría, Eslovaquia, República Checa y Rumanía.
Refugiados, por una carretera del pueblo croata de Ilok.
Le acuerdo no era el problema, la duda era saber el cómo, si por unanimidad o por mayoría. Y como muchos se temían, se cumplió el peor de los presagios. Pese a los muchos intentos realizados, la UE no logró lanzar el mensaje de unidad que la propia Europa necesitaba para gestionar la grave crisis migratoria a la que se enfrenta, quizá su mayor reto en las próximas décadas. Sí es cierto que hay un amplísimo consenso, pero en un tema tan delicado como el de los refugiados, quizá sea insuficiente.
Y lo fue debido a que los ministros de Interior de Hungría, República Checa, Eslovaquia y Rumanía llevaron su órdago hasta el extremo y votaron en contra de la propuesta de la Comisión para distribuir a 120.000 demandantes de asilo que están en Grecia e Italia entre los países de la UE a lo largo de los dos próximos años. Finlandia, además, se abstuvo. Entre las novedades, Polonia, que cambió de bando a última hora y aceptó.
Habrá cuotas, cierto, pero la palabra obligatoria, defendida por Bruselas, desaparece del documento final. No obstante y aunque resulte paradójico, todos los países deberán asumir las cifras asignadas, incluso los que votaron en contra. A Hungría le tocan 1.294, a República Checa, 1.591, Eslovaquia, 808 y Rumanía, 2.475. En total, 6.168 de los 66.000 refugiados. Sin embargo, pese al acuerdo alcanzado, el primer ministro eslovaco, Robert Fico, dijo desde su país que «mientras yo sea primer ministro, las cuotas obligatorias no serán implementadas en territorio eslovaco». Veremos qué sucede y qué acuerdan hoy los jefes de Estado y de gobierno esta noche en Bruselas.
Descafeinado
De momento, la realidad evidencia que la propuesta inicial de Juncker ha quedado algo descafeinada. Y no sólo porque se implantará en dos fases pese a la urgencia existente, sino por el enredo de cifras que ha motivado el torpedeo constante protagonizado sobre todo por Hungría. Porque aunque el acuerdo alcanzado habla de 120.000 plazas a redistribuir (se suman a las 40.000 pactadas en julio, de ahí la cifra de 160.000 que ‘vende’ Bruselas), por ahora sólo se usarán 66.000, las correspondientes a los traslados que se realizarán desde Grecia e Italia (50.400 y 15.600, respectivamente). ¿Y los otros 54.000? Es el cupo asignado a Hungría, en su día identificado como un país beneficiario debido a la presión migratoria que estaba sufriendo. Pero el Gobierno del polémico Viktor Orban se ha negado a ser ayudado y ha decidido sumarse al bloque de países que deben acoger de forma voluntaria a los refugiados que ya están en Italia o Grecia.