Un acuerdo asienta una paz sólida y sin impunidad en Colombia
Los negociadores aseguran que se empieza «a liquidar un conflicto que dura más de 50 años» .
El acuerdo sobre justicia transicional alcanzado por el Gobierno colombiano y las FARC supone un fuerte espaldarazo a la firma de la paz, que deberá ser sólida, con mecanismos que no echen por tierra lo pactado; y que no dejará impunes los delitos más graves para garantizar su reparación.
El jefe negociador del Gobierno, Humberto de la Calle, explicó ayer a la prensa que el acuerdo anunciado el miércoles de manera inédita por el presidente Juan Manuel Santos y el máximo líder de las FARC, Rodrigo Londoño, alias Timochenko, marca el «conteo regresivo» para «liquidar un conflicto de más de 50 años».
La relevancia de este acuerdo sobre justicia transicional, el principal escollo durante meses en las negociaciones, allana el camino hacia el acuerdo definitivo de tal forma que las partes se han dado ya un plazo de seis meses para firmar la paz. De la Calle destacó que las bases de la jurisdicción especial para la paz acordada por las partes en la mesa de diálogo es una «solución inédita», que va a garantizar que ningún crimen grave quede impune y que establecerá penas en función del reconocimiento del delito y la voluntad de reparación.
Los actores
«Esto es para culpables, no para inocentes. (...) El inocente siempre estará tranquilo. Es un sistema para actores del conflicto que hayan sido responsables» —subrayó— un sistema que incluye a miembros de las FARC, agentes del Estado que «hayan desviado sus propósitos constitucionales» y «no combatientes que financiaran o apoyaran grupos al margen de la ley». Quedarán fuera de la jurisdicción especial los responsables de delitos políticos, ya que, tras la firma del acuerdo, el Estado brindará una amnistía lo más amplia posible para ellos.