Erdogan estrena la mayoría absoluta con mano dura contra sus rivales
Tres días después de las elecciones, el presidente turco ordena detener a más de 100 críticos con su gestión.
Recep Tayyip Erdogan estrenó mayoría absoluta exhibiendo mano dura ante sus principales rivales, los seguidores del imán Fethullah Gulen, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y los medios de comunicación locales críticos con su gestión. La policía lanzó una redada a nivel nacional en la que detuvo a cuarenta personas por su presunta vinculación con Gulen, el Ejército bombardeó posiciones de la milicia kurda en el Kurdistán iraquí y 71 periodistas del grupo Ipek Media -que sufrió una redada de la policía el mes pasado bajo la acusación de «financiar el terrorismo»- fueron despedidos.
Después de años trabajando codo con codo con el objetivo de islamizar Turquía, Erdogan y Gulen -clérigo autoexiliado en Estados Unidos desde 1999 y líder de un movimiento islamista de raíz sufí con escuelas en todo el país y cuyos seguidores ocupan cargos clave en la policía, el sistema judicial y los servicios secretos turcos- están en guerra abierta desde hace dos años. Se trata de una guerra entre islamistas que luchan por el control del país en el que, según las autoridades, los seguidores de Gulen habrían logrado establecer una especie de un «estado paralelo».
En la sede del Partido Democrático de los Pueblos (HDP) en Estambul la televisión no muestra las imágenes de las detenciones. En la sala de espera ven un canal kurdo que repasa la vida de Abdulá Ocalan, líder del PKK encarcelado desde 1999 cuyo retrato preside también la pared principal. Los kurdos se han convertido en la tercera fuerza política de Turquía con 59 diputados y lamentan «el miedo con el que se ha votado, ha sido el motivo principal para que hayamos perdido un millón de votos respecto a junio, en condiciones normales habríamos llegado al 15% y ahora nos hemos quedado en el 10%, lo justo para entrar en la cámara», apunta Cesim Soylu, copresidente de la formación en Estambul. Los dirigentes del HDP coinciden con el informe realizado por los observadores internacionales enviados por al Osce que subraya la atmósfera de miedo en la que se ha desarrollado la campaña electoral, especialmente en el sureste del país, zona de mayoría kurda.