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f. Iturribarría | París
León

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El concierto de las águilas de la muerte se convirtió en un infierno. Cientos de espectadores que asistían al concierto del grupo de rock duro Eagles of Death Metal se vieron atrapados en el delirio criminal de un comando terrorista armado hasta los dientes. Testigos y supervivientes relataron en primera persona los dramáticos momentos vividos en plena carnicería bajo el fragor de las ráfagas de ametralladora entre las paredes del Bataclan, una sala con aforo para 1.500 personas.

Otros supervivientes dieron testimonio de los ametrallamientos en varias terrazas de bares, cafés y restaurantes circundantes. «Nos miró a los ojos y disparó», contaron dos amigas, sanas y salvas de milagro. «Yo estaba en el concierto con mi hermana y unos amigos. Nos habíamos instalado en los graderíos del primer piso. Hacía quizás una hora que la actuación de los Eagles of Death Metal había comenzado y oímos disparos en la parte de abajo. Al comienzos pensamos que formaba parte del espectáculo pero pronto comprendimos lo que pasaba», relató el presentador de radio y televisión Pierre Janaszak. «Eran tres, no estaban encapuchados y disparaban a bulto», añadió este testigo presencial, de 35 años.

«Estaban armados con fusiles, imagino que eran kalashnikov, se produjo un jaleo infernal pues no paraban de disparar, tengo la impresión de que tenían muchas municiones», prosiguió. «Había sangre y cadáveres por todas partes. Oíamos gritar, todo el mundo trataba de huir, la gente se pisoteaba. Era el infierno», testimonió.

«Cuando aquello comenzó creíamos que eran efectos pirotécnicos o escénicos. Vimos al gentío apelotonarse delante del escenario y entonces intentamos pasar por los camerinos pero estaban bloqueados. De las mismas nos fuimos a los aseos, rompimos el techo y nos refugiamos en el falso techo con una veintena de personas», contaron Charles y Nicolas, ambos de 34 años. «Les escuché claramente decir a los rehenes que ‘es la culpa de Hollande, es la culpa de vuestro presidente, no tiene que intervenir en Siria. También hablaron de Irak», reveló un testigo.

Otra de los supervivientes fue Maud, hermana del futbolista Antoine Griezmann.

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