las reacciones en españa
El Gobierno se impone y pide «calma y proporcionalidad» ante los atentados
El presidente Mariano Rajoy convoca a todos los organismos de seguridad nacional.
Mariano Rajoy vivió ayer una jornada frenética. Desde primera hora de la mañana, la actividad en la sede presidencial fue un continuo ir y venir. A las 10,00 horas, compareció en el palacio de la Moncloa en una declaración institucional; una hora después convocó el pacto antiterrorista, que se reunió en el Ministerio del Interior, y presidió el Consejo de Seguridad Nacional; a la salida habló por teléfono con el presidente francés, François Hollande; entre medias volvió a conversar con el líder socialista, Pedro Sánchez, y atendió una llamada del presidente de Ciudadanos, Albert Rivera; después acudió a la residencia del embajador de Francia para reseñar sus sentimientos en el libro de condolencias; y a primera hora de la tarde voló rumbo a Turquía para asistir a la cumbre del G-20.
«No nos van a vencer», garantizó el presidente del Gobierno que convirtió su intervención institucional en un alegato antiterrorista que resumió en un rotundo «nunca van a conseguir que renunciemos a nuestra libertad, nuestros derecho y nuestra forma de vida». «Hoy todos somos Francia», proclamó nada más advertir que «no estamos ante una guerra de religiones sino ante una lucha de civilización y barbarie». Un matiz importante porque el presidente de Francia aseguró que los atentados de la noche del viernes fueron un «acto de guerra», con todo lo que ello supone en el campo de derecho internacional y los tratados de la Otan.
Rajoy se mostró dispuesto a tomar las medidas necesarias para reforzar las medidas de seguridad, aunque al final la comisión de evaluación del Ministerio del Interior no consideró necesario elevar el nivel cuatro de alerta antiterrorista, aunque se amplió este protocolo a otros ámbitos que Jorge Fernández Díaz no detalló. Una decisión muy en línea con la fórmula que guió la respuesta de la Moncloa. Prudencia, calma y proporcionalidad, eran los términos que repetían sin desmayo los portavoces oficiales para subrayar la importancia de no caer en la histeria y las reacciones emocionales.Después de presidir el Consejo de Seguridad Nacional, Rajoy ofreció a Hollande, como hizo la víspera con el primer ministro galo, Manuel Valls, toda la colaboración de las fuerzas de seguridad, medios judiciales y servicios de inteligencia españoles.