Rajoy huye del fantasma de Irak y amplía los contactos para el consenso ante Siria
El Gobierno no quiere quedarse solo en la decisión de cómo contribuirá España a la lucha contra el grupo terrorista Estado Islámico tras los atentados de París. Cualquier petición de ayuda militar que plantee Francia al Ejecutivo de Mariano Rajoy será transmitida a las principales fuerzas políticas del país.
Así se lo ha garantizado ya el presidente a los líderes del PSOE, Podemos, Ciudadanos y al lendakari, Iñigo Urkullu, en la ronda de llamadas telefónicas iniciada el martes desde el palacio de la Moncloa. A un mes de las elecciones generales y en un asunto tan sensible porque mueve emociones y remueve viejas fracturas tras la guerra de Irak, la búsqueda de la «unidad» se ha vuelto vital para Rajoy.
Por ahora, en el Gobierno se impone la prudencia. Mientras algunas fuentes del PP confían en poder llegar a los comicios del 20-D sin que España se haya sumado a una intervención directa en Siria, otras voces del partido advierten de que si Francia exige al Ejecutivo su implicación total, Rajoy no podrá rechazar la solicitud. Será entonces cuando haya que definir.
La condición que hace meses ponía el propio Rajoy, y que insinuaba de manera indirecta el martes pasado, es la de que cualquier estrategia sea auspiciada por Naciones Unidas y, por supuesto, consensuada dentro del respeto a la legalidad internacional.
La indefinición, de momento, conduce a formar extrañas parejas. Por paradójico que resulte, Pablo Iglesias se convirtió ayer en el mayor apoyo del Gobierno entre las fuerzas de la oposición. La recelos de Rajoy a involucrar a España en esa operación militar se solapan con el rechazo que esta suscita en Podemos. De ahí que el candidato de la formación morada coincida con el presidente en la necesidad de guiarse por el sentido común antes de tomar la decisión de embarcarse en la respuesta de Francia.
Rivera volvió a defender ayer una actuación en el marco de la Unión Europea y la Otan contra el Estado Islámico bajo el amparo de una resolución de Naciones Unidas. «Odio la guerra, pero odio aún más el terrorismo», justificó el líder del partido naranja.
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, fue mucho más ambiguo respecto a su posición que hace tan sólo dos días cuando se mostró partidario de una «intervención militar bajo el paraguas de la legalidad internacional». Aunque reiteró que España no puede limitarse a