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El jurado popular ha declarado hoy culpable a Antonio Losilla de descuartizar a su esposa en Ricla (Zaragoza), cuyo cadáver aún no ha aparecido y para lo que se llegó en vano a practicarle la prueba P-300, conocida como test de la verdad, para localizar a la víctima.
El tribunal popular ha emitido hoy un veredicto de culpabilidad por un delito de homicidio, otro de falsedad y otro contra la integridad moral, los dos primeros por unanimidad, por este crimen, cometido en abril de 2012 y que ha sido juzgado estos días en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
El Ministerio Fiscal y las acusaciones particulares pedían para Losilla entre 17 y 20 años de cárcel por un delito de homicidio intencionado, falsedad y otro contra la integridad moral, mientras que su abogado defensor solicitaba la absolución o una condena alternativa por homicidio imprudente, que supondría cuatro años de prisión.
Tras el veredicto de culpabilidad, Javier Notivoli, letrado del acusado, ha reclamado las penas mínimas para tales delitos, que serían de 12 años y medio más un día para el de homicidio, seis meses de prisión y seis meses de multa para el de falsedad y otros seis meses por el delito contra la integridad moral.
El jurado ha considerado probados todos los hechos propuestos, comenzando por la discusión entre el matrimonio en su domicilio de Ricla el 2 de abril de 2012, en la que la víctima, tras haber mantenido relaciones con otros hombres y reanudar en secreto su amistad con una antigua pareja de la juventud, manifestó su intención de divorciarse y de pedirle parte de las joyas de la pareja, a lo que Losilla reaccionó golpeándole y causándole la muerte.
También ha determinado que está probado que el acusado acudió un día después a Zaragoza, donde compró espuma de poliuretano y un potente desatascador químico para deshacerse del cuerpo de su esposa, que fue descuartizado con el fin de obstaculizar la investigación y limpiar la escena del crimen.
Posteriormente, Losilla depositó los restos del cadáver de Pilar Cebrián en varias bolsas y las arrojó a diversos contenedores de La Almunia de Doña Godina y Zaragoza, y vendió el vehículo en el que trasladó el cuerpo a un importador de coches con destino a Libia, por lo que no ha podido ser localizado.
Ha valorado también que la confesión de culpabilidad del acusado, que tuvo lugar tras un registro policial al domicilio escena del crimen el 29 de octubre de 2012, se produjo de forma "espontánea", sin mediar coacción alguna y con sus facultades "intactas".
Después del fallo, Notivoli ha confirmado que, "con todo respeto al jurado", interpondrán recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA) en el plazo de diez días porque, en su opinión, esta decisión se basa únicamente en una confesión hecha "sin información de derechos, sin juez de instrucción y sin abogado" y con "dos gotas de sangre en la parte baja de una mesa".
En representación de las acusaciones particulares, la abogada Soraya Laborda ha expresado su "satisfacción" con el resultado, producto de un trabajo "verdaderamente titánico", porque se ha conseguido "hacer justicia para Pilar y para su familia".