Patrimonio cultural intangible
Una col da una victoria diplomática a Corea del Norte
Tremenda victoria de la diplomacia norcoreana: su kimchi será reconocido por la UNESCO como patrimonio cultural intangible. Para el inflamado ego nacional, pocos agravios habían dolido más que la inclusión dos años atrás solo del surcoreano. El plato típico es un asunto muy serio a ambos lados de las alambradas del paralelo 38, así que el equiparamiento global del kimchi comunista con el capitalista solventa una flagrante injusticia histórica. Cada país, cada provincia, cada pueblo, cada familia de la península coreana defiende su kimchi como el mejor. El norcoreano es menos picante y rojo porque carece de los chiles que abundan en el sur.
El kimchi se elabora con col china fermentada (más alargada que la nuestra), rábano, pepinillos y la salsa que lo enrojece. Es picante y salado. Se dice en Corea que el kimchi es la mitad de las provisiones de un hogar. También que un coreano lo come tres veces al día o no es coreano. Es probable también que sea necesario ser coreano para encontrarle la gracia al kimchi. Creen los coreanos que retrasa el envejecimiento, reduce el colesterol, sana un sinfín de enfermedades y que protegió a la población de la epidemia del SARS en 2003.
De su valor icónico habla que acompañara en 2008 al primer astronauta en la primera misión espacial surcoreana. En Seúl hay unMuseo del Kimchi, que exhibe un centenar largo de variedades, y el Instituto Mundial del Kimchi, donde los científicos desentrañan la microbiología responsable de la fermentación.
COHESIÓN SOCIAL
La UNESCO ha obviado los méritos gastronómicos o medicinales del kimchi y subrayado el pegamento social del kimjang: ese momento a finales de noviembre o principios de diciembre, después de la cosecha pero antes de la primera nieve, en que los coreanos se reúnen para elaborar todo el kimchi necesario para el invierno.
“La tradición contribuye a la unidad ya que es practicado en toda la sociedad, incluyendo barrios, familiares, ciudades y organizaciones”, ha explicado hoy la UNESCO en el anuncio oficial de que el kimchi norcoreano será reconocido oficialmente en Namibia la semana próxima junto a las tradiciones orales ugandesas, los rituales mongoles con camellos o las danzas masculinas rumanas.
La victoria global del kimchi norcoreano llega cuando los norcoreanos suspiran por el kimchi. Primero las sequías y después las inundaciones han arruinado la cosecha y muchos hogares bracean para encontrar los ingredientes, según la publicación 'Daily NK'. Los precios de coles, rábanos, chiles, ajo y cebollas se han disparado y muchos ya han renunciado al kimjang, una de las escasas celebraciones en Corea el Norte no dedicadas a la memoria de algún Kim. Una familia de cuatro miembros necesita unos 350 kilos de coles, 200 de rábanos, tres de ajo y 18 de sal. Asegura una fuente del medio que la habitual factura del millón y medio de wons norcoreanos se ha doblado este año y que ni siquiera así es seguro conseguir todos los ingredientes. La falta de kimchi para el invierno hace temer el regreso de las hambrunas.