La Otan llama a la calma tras lo ocurrido pero recalca que está del lado turco
La reunión se celebró a nivel de embajadores en los cuarteles generales de la Otan situados en Bruselas, a petición de Turquía y con carácter urgente y extraordinario. Ankara quería expresar personalmente su versión del grave incidente con Rusia y sus aliados, como era de esperar, cerraron filas en torno a su socio. Al fin y al cabo es uno de los suyos. Así lo recalcó el secretario general de la Alianza del Atlántico Norte, Jens Stoltenberg: «Nos solidarizamos con Turquía y mostramos todo nuestro apoyo al país y a su integridad territorial».
Sin embargo, tras marcar las líneas del terreno de juego, llegaron los matices y las llamadas a la tranquilidad. «Es el momento de actuar con calma, el momento de la diplomacia y de rebajar la escalada. Hay que evitar que estas situaciones se repitan en el futuro», apostilló.
No es la primera vez (y quizá no será la última) que se produce un incidente de estas características entre los mismos actores y por los mismos motivos. El problema es que ayer la gravedad subió varios escalones de golpe. Stoltenberg recordó que ya había mostrado hace tiempo su «preocupación por las implicaciones de acciones militares de Rusia cerca de las fronteras de la Otan» y aprovechó la ocasión para pedir que haya más comunicación y eviten que esto vuelve a suceder en un momento, además, en el que se van a multiplicar las operaciones militares en la zona en plena guerra con el Estado Islámico.
En este sentido, aprovechó para reiterar que el enemigo de todos es el yihadismo y no la oposición en Siria, principal foco de los ataques rusos para favorecer a Bashar el-Asad. Respecto a las diferentes versiones que estaban circulando sobre lo ocurrido, Jens Stoltenberg ratificó la defendida por el Gobierno turco.