¿Quién es la oposición que ha derrotado al chavismo?
La Mesa de Unidad Democrática, creada en el 2009, es una heterogénea coalición que oscila entre la izquierda moderada y la derecha más radical
La Mesa de Unidad Democrática (MUD), que por primera vez en 16 años ha conseguido la mayoría parlamentaria en Venezuela, es una alianza dispar formada por casi 30 partidos, agrupados con un solo objetivo: derrotar al chavismo. Creada formalmente en el 2009, existe de hecho desde el 2006. Heterogénea y de frágil unidad, reúne formaciones ideológicas que van de la izquierda moderada hasta la derecha más dura, a menudo enfrentadas entre moderados y radicales, que difieren en la estrategia a seguir para lograr un cambio de Gobierno.
El ala derechista radical de la MUD está dirigida por Leopoldo López, condenado en septiembre a más de 14 años de cárcel por incitación a la violencia durante las manifestaciones del 2014, que se saldaron con 43 muertos según las autoridades. Los otros dos líderes de la derecha dura son el alcalde destituido de Caracas, Antonio Ledezma, también encarcelado tras ser acusado de conspirar contra el presidente Maduro, y la exdiputada María Corina Machado,cuya candidatura a la Asamblea Legislativa fue bloqueada por el Consejo Electoral.
ALA MODERADA
El ala moderada de los conservadores está liderada por Henrique Capriles, gobernador del Estado de Miranda y dos veces candidato presidencial, que perdió en el 2013 frente Maduro con una diferencia de solo 1,5 puntos. Su formación, Primero Justicia, es la agrupación de mayor peso dentro de la MUD. En la izquierda sobresale Acción Democrática, representante de Venezuela en la Internacional Socialista y liderada por Henry Allup.
En sus inicios, la MUD apostó claramente por la vía moderada, como recuerda a la agencia AFP la analista politica Colette Capriles (sin parentesco alguno con Henrique Capriles), con la convicción de que “la manera de acceder al Gobierno era por la vía democrática, pacífica y electoral”, explica Capriles.
VICTORIA EN EL REFERÉNDUM
Su primer candidato, Manuel Rosales, entonces gobernador del Estado petrolífero de Zulia (nordeste), sufrió una dura derrota en el 2006 frente a Hugo Chávez, que obtuvo el 62,84% de los votos. Pero un año más tarde, consiguió su primera victoria al imponerse el ‘no’ en el referéndum constitucional, que entre otras cuestiones preveía la posibilidad de la reelección ilimitada del presidente. Los resultados, aunque ajustados, rompieron la imagen de imbatilidad que hasta entonces había prevalecido en el Gobierno socialista.
En las elecciones legislativas del 2009, la MUD presentó candidaturas unitarias y logró avanzar en votos y escaños, pero no alcanzó la mayoría parlamentaria. Progresó también en las presidenciales del 2013, poco después de la muerte de Chávez, gracias a los buenos resultados del candidato Capriles frente a Maduro. En adelante, fue poco a poco ganando popularidad a costa del retroceso de Maduro, en medio del colapso económico del país por la caída de los precios del petróleo, suscitando un fuerte descontento popular.
ENSAYOS Y ERRORES
La MUD “no es un compromiso entre varios partidos, sino el resultado de un largo proceso de ensayos y errores para hallar cómo organizar la lucha política frente a un Gobierno con ambiciones hegemónicas”, explica Colette Capriles. Adolece por ello de disensiones constantes y de la ausencia de un líder con quien pueda identificarse la población.
Sus divisiones internas quedaron evidenciadas en el 2014, cuando Leopoldo López y María Corina Machado pusieron en marcha la estrategia bautizada como “la salida”, para forzar la marcha de Maduro a través de protestas en las calles, mientras que el ala moderada de la coalición preconizaba una vía más pacífica.
POCA QUÍMICA
Como recuerda Jean-Jacques Kourliandsky, especialista de América Latina en el Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas (IRIS) en París, “lo que une a la oposición es el rechazo al poder”. “Más allá de eso, hay poca química entre sus integrantes, que ocupan un espacio político que va de un extremo al otro”, afirma este especialista.
Para Kourliandsky, la aplastante victoria de la MUD “será también para la oposición un momento difícil de gestionar ya que, mayoritaria en el Parlamento, tendrá que cohabitar con una presidencia adversa”, una cohabitación difícil que podría precisamente debilitar su ya frágil unidad.