Estados Unidos y Cuba acuerdan que los vuelos comerciales directos se reanuden
La isla espera la llegada masiva de turistas estadounidenses a partir de ahora.
Un año después de que Barack Obama y Raúl Castro hablaran por teléfono por primera vez y acordaran restablecer relaciones diplomáticas, los dos países acaban de dar otro gran paso para saltar el Estrecho de Florida: vuelos regulares entre ambos territorios, que transportarán a miles de turistas estadounidenses en los que Cuba confía para salvar su economía.
Cuando en septiembre pasado Raúl Castro habló por primera vez ante la Asamblea General de la ONU, su ministro de Asuntos Exteriores aprovechó la oportunidad para criticar la falta de progresos por parte del Gobierno de Obama. Unas declaraciones sorprendentes teniendo en cuenta que el mandatario había utilizado su poder ejecutivo para poner fin a esa guerra fría entre vecinos que duraba ya más de medio siglo, pero Bruno Rodríguez Parrilla dejó claro que lo que su Gobierno quería eran turistas.
Obama no puede levantar el embargo, ya que bajo el mandato de Bill Clinton pasó a ser potestad del Congreso. Eso afecta al tráfico de viajeros estadounidenses, que el Gabinete de Obama ha ampliado significativamente con todas las excepciones que ha encontrado. Doce, para ser exactos, desde participar en eventos deportivos, profesionales, humanitarios o simplemente viajes culturales, siempre que el intercambio beneficie al pueblo cubano, y no sólo al Estado. Todo sea dicho, el Gobierno de Obama no ha hecho ningún esfuerzo por averiguar si los turistas estadounidenses, que este año han aumentado un 40%, han ido más allá de tomar mojitos en la playa.
Los requisitos
Con todo, viajar a Cuba desde EE UU requiere un esfuerzo. No basta con entrar en cualquier página de viajes para comprar un vuelo económico, sino que hay que contratarlo a través de una agencia y tomar un vuelo charter a precio desorbitado desde Miami, o vuelos regulares desde Canadá, Bahamas o México, a veces en los viejos aviones rusos que aún opera Cubana de Aviación.
Con el nuevo acuerdo las compañías aéreas estadounidenses podrán solicitar a la Agencia de Aviación Federal (FAA) permiso para establecer vuelos regulares desde cualquier ciudad de EE UU. Se desconoce cuánto tiempo tardará la FAA en estudiar esas solicitudes y adjudicar licencias y espacios aéreos, pero es de suponer que 2016 será el año en que los estadounidenses desembarquen masivamente en la isla, aunque técnicamente siga prohibido.