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La presidenta de Brasil gana tiempo después de una semana de turbulencias

Una división interna de última hora en el aliado PMDB aviva la tensión política alrededor de Dilma Rousseff .

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w. garcía montoya | sao paulo
León

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La presidenta brasileña, Dilma Rousseff ganó tiempo después de una semana de turbulencias en las que el país perdió su grado de inversión, fue forzada a realizar cambios en su equipo económico, bajó todavía más su popularidad y se mantiene latente un eventual juicio político en su contra.

A pocos días de completar el primer año de su segundo mandato, Rousseff consiguió apaciguar, al menos de momento, las tensiones que vive su Gobierno después de que la Corte Suprema ordenara el jueves reiniciar todo el proceso en la Cámara Baja para un eventual juicio político con fines de destitución.

Con esa decisión del Supremo Tribunal Federal (STF), que fue celebrada por la base oficialista, el proceso que se adelanta en el Congreso puede quedar pendiente para el año próximo, con lo que el gobernante Partido de los Trabajadores (PT) ganaría tiempo de maniobra para reunificar la base aliada y preparar mejor la defensa.

En teoría, el receso parlamentario está previsto entre el martes y febrero de 2016, aunque el jefe de Diputados, Eduardo Cunha, señaló que convocará una reunión el lunes para consultar sobre la posibilidad de suspender ese período y poder convocar a sesiones extraordinarias como las que implica el caso. No obstante, el presidente del Senado, Renán Calheiros, favorable a Rousseff, declaró «clausurado» el año legislativo.

Tanto Calheiros como Cunha pertenecen al aliado Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), presidido por el vicepresidente del país, Michel Temer, pero una división interna de ese colectivo político, el mayor de Brasil, aviva la tensión política alrededor de Rousseff. Cunha, que al igual que Calheiros integra la lista de una cincuentena de políticos investigados por el gigantesco escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras, es contrario a Rousseff y, en uso de sus facultades como jefe de Diputados, dio el aval para iniciar en el Legislativo el proceso del juicio.