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TENSIÓN EN VENEZUELA

El Parlamento venezolano elige a su presidente en claro desafío al Gobierno

El Congreso se prepara para funcionar como un contrapoder a Maduro y discute los modos de ponerle límites a un chavismo que promete una "contraofensiva revolucionaria"

Henry Ramos, nuevo presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, durante la rueda de prensa celebrada en Caracas el domingo 3 de enero.

Publicado por
ABEL GILBERT BUENOS AIRES
León

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El diputado Henry Ramos Allup fue elegido el domingo por la noche presidente de la nueva Asamblea Nacional (AN) de Venezuela pocas horas antes de que el Parlamento surgido de los comicios legislativo entre en funciones y haga valer la mayoría opositora que, en los hechos, funcionará como un contrapoder al presidente Nicolás Maduro. Ramos Allup, de 72 años, le ganó ese codiciado lugar a Julio Borges en las elecciones internasde la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) por 13 votos de diferencia. El también dirigente de Acción Democrática es a su vez desde 2012  vicepresidente de la Internacional Socialista.

 

Para Ramos Allup, el nuevo Parlamento debe ser un “poder autónomo” y legislar, debatir y realizar labores de control “sin aspavientos ni persecuciones”. Prometió a su vez que la AN no trabajará solamente en función de los intereses de la oposición. “Aquí no hay hegemonías”. El Gobierno desconfía de sus expresiones.

En la MUD no existe una sola opinión sobre el modo de abordar la realidad política que comenzará a tomar forma el martes con el chavismo en minoría dentro del Congreso. Henrique Capriles y Leopldo López ya han polemizado al respecto. El primero irrumpe como una voz quizá más moderada. Desde la cárcel, López quiere acelerar los tiempos y cantarle jaque mate al Gobierno de Maduro. Para López, Maduro debe salir del poder “antes del 2019”. En una carta enviada a los medios de prensa venezolanos, López fue enfático: “Si Maduro y el resto de las cabezas de los poderes secuestrados por una élite corrupta y antidemocrática torpedean el cambio, desconociendo por la vía de los hechos los resultados del pasado 6 de diciembre, habrá que sacarlo”.

“La Unidad no va a la Asamblea Nacional para convertirla en un ring de boxeo”, dijo por su parte Capriles. “Nuestro pueblo no quiere discursos guerreristas ni que el país se siga manejando como si fuera la hacienda de alguien más. Los venezolanos quieren paz y exigen soluciones, y el Gobierno debe responder y dejar la soberbia y el desprecio con la decisión que libremente tomaron los venezolanos el 6 de diciembre”. Ramos Allup, en su condición de presidente de la AN, ofrecerá pronto mayores pistas de la estrategia opositora a corto plazo.

Los recursos del Gobierno

Las elecciones de diciembre pasado determinaron que la MUD cuenta con 112 escaños y el chavismo 55. Pero esa mayoría, que le permite promover votos de censura contra ministros y vicepresidentes, reformar a la Constitución y convocar a consultas populares, ha sido cuestionada por el Gobierno. El Tribunal Supremo (TSJ), cuyos vínculos con el poder ejecutivo es más que amistosa, tiene que pronunciarse en breve sobre la situación de tres legisladores de la oposición que han sido impugnados por el chavismo. El abogado constitucionalista, Jesús Silva, consideró que esos parlamentarios electos “no pueden juramentarse” hasta que se verifiquen las denuncias acerca de presuntas irregularidades.

La MUD ya adelantó que rechaza ese dictamen y que la totalidad de sus diputados prestarán juramento el martes. De acuerdo con el doctor en Derecho y director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Católica Andrés Bello, Jesús María Casal “lo que se avizora es un gran conflicto de poderes”. A su criterio, el país es testigo de “maniobras del oficialismo que demuestran que se quieren demorar, que se quieren retrasar, manifestaciones institucionales de un cambio que se está produciendo en la voluntad de los electores”.

Borges, el otro referente de la MUD en el Congreso, le pidió a los militares que contribuyan de manera decidida para que se respete la“voluntad popular”. Maduro, en tanto, ha prometido una“contraofensiva revolucionaria”. El temido choque de locomotoras está cada vez más cerca de producirse.