Los griegos dan la espalda a Tsipras

Alexis Tsipras tiene una estupenda opinión de sí mismo. No sólo se considera el tipo que está cambiando la historia de Grecia, sino de toda la Unión Europea. Su llegada al poder hace un año fue, a su juicio, sólo el preludio de la ola izquierdista que empieza a verse por Europa. Portugal ya ha seguido el mismo camino de Grecia y está convencido de que la siguiente nación en tener un Gobierno de unidad de «fuerzas progresistas» va a ser España. Lo dijo así de claro en un acto multitudinario de su partido celebrado el 24 de enero para conmemorar los doce meses transcurridos desde la victoria de Syriza en las elecciones.

Las celebraciones por el aniversario en el poder llegaron acompañadas de una buena noticia: la agencia de calificación de riesgo Standard & Poor’s subió hace unos días un escalón la nota de la deuda griega. El proceso vivido por el partido de Tsipras en este año en el poder ha sido ya bautizado por algunos en Grecia como ‘pasokización’, por la renuncia a las políticas más izquierdistas, el triunfo del oficialismo y la búsqueda de un compromiso con Bruselas. Es un camino que ya holló el Pasok, el histórico partido socialista heleno, y que le acabó costando la irrelevancia política. En este viraje, Syriza ha perdido por el camino a su ala más revolucionaria, que se presentó por su cuenta en los comicios del pasado septiembre. Mantiene una precaria mayoría de tres escaños en el Parlamento fruto de su coalición con los nacionalistas. La elección hace dos semanas de Kyriakos Mitsotakis como líder de la formación derechista Nueva Democracia (ND) arroja una nueva sombra sobre Tsipras, como muestran los últimos sondeos.