Frágil esperanza para los sirios
Aunque frágil y pendiente de cumplimiento, el acuerdo alcanzado la madrugada del viernes por los representantes de 17 países y los miembros de tres organizaciones internacionales del Grupo de contacto para Siria, encabezados por Estados Unidos y Rusia, supone un atisbo de esperanza para la población de un país en guerra civil desde hace casi cinco años. Aunque el escepticismo es generalizado, también hay que subrayar circunstancia como el hecho de que la llamada Declaración de Múnich fue presentada en rueda de prensa conjunta por el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, y que entre los firmantes se encuentren también los gobiernos de Arabia Saudita e Irán, las dos potencias que pugnan, junto a Turquía, por el control de la región. El acuerdo consiste en un plan de tres puntos muy ambicioso que contempla alcanzar un alto el fuego en el plazo de una semana, el envío de ayuda humanitaria a partir de este fin de semana a las localidades sirias asediadas, algunas completamente sitiadas y aisladas desde hace semanas, y, si todo funciona, retomar el 25 de febrero las suspendidas negociaciones de Ginebra para un plan de paz en el país árabe. Pese a todo, hasta los mas optimistas entre los negociadores aconsejaron en la capital bávara no confiarse.