Diario de León

Los líderes europeos se conjuran ahora para salvar a Cameron

Cierran un acuerdo que hace posible la permanencia del Reino Unido en el club comunitario.

Cameron y su homólogo italiano, Renzi, durante la cumbre de líderes de la UE. OLIVIER HOSLET

Cameron y su homólogo italiano, Renzi, durante la cumbre de líderes de la UE. OLIVIER HOSLET

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A. Lorente | Bruselas

Cuando los jefes de Estado y de gobierno de la UE llegan en sus coches oficiales al Justus Lipsius, la sede del Consejo, todos los medios internacionales buscan a la desesperada la opinión de Merkel, la valoración de Hollande, el malestar de Cameron… Pero ayer, el día B (de ‘Brexit’), fue la presidenta de Lituania, Dalia Grybauskaite, la que mejor resumió lo que iba a pasar en una cumbre crucial para el futuro de la Unión: «Creo que cada uno tendrá su drama y que después tendremos un acuerdo». Drama, nervios, tensión… Todo parece romperse y todo, al final, acaba solucionándose. Que siga la función. Hoy se espera la fumata blanca pero por mucho acuerdo que se alcance, el problema seguirá siendo el mismo: el referéndum. Y aquí, no hay mercadeo político que valga.

La operación evitar el ‘Brexit’ y salvar a David Cameron comenzó a primera hora de la tarde, con un encuentro bilateral entre el ‘premier’ británico y el presidente del Consejo, Donald Tusk. Allí cerraron el ‘timing que, salvo sorpresa, traerá el acuerdo. En la primera sesión de la cumbre, los 28 líderes manifestaron sus pros y contras al borrador de pacto —la restricción de ayudas a trabajadores europeos no británicos y el blindaje de la City en detrimento del euro son los grandes obstáculos—. Luego, durante la cena, los jefes hablaron de la crisis de refugiados y al término de la velada, Cameron y Tusk volvieron a reunirse a solas. Por su parte, la mayoría de líderes se fueron a dormir mientras el batallón de legisladores de todos los países permanecieron reunidos hasta bien entrada la madrugada para cerrar un texto que hoy recibirá el aval político.

Como es habitual, Cameron llegó a la cita con paso decidido, sin atender preguntas y lanzando un breve mensaje a su entrada. Dijo estar dispuesto a «pelear» por un «buen acuerdo que mejore el borrador que está sobre la mesa» y advirtió de que «rechazará cualquier oferta que no recoja lo que necesitamos». Tusk, por su parte, insistió en que el acuerdo sigue siendo «complicado», que hay cuestiones «sensibles» y definió la situación como «un todo o nada».

Nadie

Nadie en Bruselas contempla que no haya acuerdo. Nadie. Ni el mayor de los pesimistas. Desde que Cameron puso el órdago del plebiscito sobre la mesa, todos han considerado que el mal mayor era perder a Reino Unido, a la segunda economía de la UE. Y hacerlo, además, en un momento de crisis existencial del proyecto comunitario, que ha entrado en una espiral de crisis varias de consecuencias imprevistas.

Lo que se debatía a nivel técnico al cierre de esta edición era cómo escribir el texto de tal forma que no vulnere los Tratados, los cuales consagran, por ejemplo, la igualdad de todos los europeos.

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