Una UE muy tensa se ve superada por la crisis de los refugiados
Las soluciones reales al caos a la vista de los 28 miembros son por ahora inexistentes.
Refugiados desembarcan en el puerto de Pireo, en Atenas. SIMELA PANTZARTZI
A. Lorente | Bruselas
Europa es un guirigay, una jaula de grillos, la casa de los líos… Europa está superada, sonrojada, desbordada. Europa no quiere o no sabe gestionar la mayor crisis migratoria que sufre desde la Segunda Guerra Mundial. Europa son 28 países radicalmente diferentes que cuando tienen que arrimar el hombro, sólo esgrimen el discurso nacionalista. Ayer, en Bruselas, en la capital de esta Europa, los ministros de Interior de la UE corroboraron una a una todas las afirmaciones anteriores. Hay jaleo y las soluciones reales a la vista son por ahora inexistentes, como evidencia el conflicto diplomático protagonizado entre Grecia y Austria con la decisión de Atenas de llamar a consultas a su embajadora en Viena. Eso sí, el discurso final del Consejo y la Comisión se felicitaba de que el encuentro «fue muy productivo». Lo que no matizaron es para qué.
Los ministros de Interior llegaron a Bruselas con un parte de guerra desolador. Sólo en lo que va de año han llegado a Europa 110.000 refugiados (más que en el primer semestre del ejercicio anterior); Turquía sigue sin ejercer el ‘tapón’ esperado; Austria establece cuotas de acceso supuestamente ilegales, Hungría anuncia un referéndum cobre los cupos por países ya pactados en el Consejo; los Estados vecinos de Grecia cierran sus fronteras acusando a Atenas de ser incapaz de gestionar las suyas; sólo han sido recolocados 598 de los 160.000 asilados comprometidos… Y así, ‘ad infinitum’.
Pese al mensaje político de unidad y entendimiento lanzado, la reunión de ayer fue «muy tensa», como confesaron fuentes europeas. Tanto, que países como Luxemburgo, Francia y Bélgica tuvieron que intervenir para calmar los ánimos. El detonante del grave rifirrafe fue la decisión del Gobierno austríaco de convocar el miércoles en Viena a los países afectados en la ruta de los Balcanes… A todos, menos a Alemania y Grecia, un gesto discutible que no ha sido muy bien digerido por el Gobierno de un enojadísimo Alexis Tsipras.