Grecia, al borde del abismo tras el cierre de la ruta de los Balcanes
Miles de personas quedan atrapadas en el país heleno al intentar llegar al corazón de Europa.
Niños caminan bajo la lluvia en un campamento de refugiados cerca de Idomeni. VALDRIN XHEMAJ
Darío Menor | Roma
La ruta balcánica utilizada por los inmigrantes para llegar a Alemania, Austria y Suecia ya es historia. Tras dos días en los que ningún refugiado pudo cruzar la frontera entre Grecia y Macedonia, las autoridades de esta antigua república yugoslava anunciaron ayer oficialmente el cerrojazo a su linde con el territorio heleno, donde alrededor de 40.000 personas han quedado atrapadas en su huida hacia el corazón de Europa desde países azotados por la guerra como Siria, Irak y Afganistán.
La decisión del Gobierno de Skopje llega después de que Eslovenia, Croacia y Serbia se negaran a aceptar más inmigrantes sin documentos válidos y recuperaran los controles contemplados según el acuerdo de Schengen. Cumplían así con lo acordado en la cumbre entre la UE y Turquía celebrada el lunes. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, certificó el cambio de escenario al afirmar ayer que «había terminado» el flujo migratorio a través de los Balcanes. «No es una cuestión de acciones unilaterales, sino una decisión común», aseguró.
El primer ministro esloveno, Miro Cerar, ya se expresó en los mismos términos el martes, cuando explicó que la reunión de Bruselas había lanzando un mensaje claro «a los traficantes de refugiados y a los inmigrantes ilegales: la ruta balcánica ya no existe». Provocó así una reacción en cadena entre los países de la zona, pues inmediatamente Serbia anunció que también seguiría las decisiones de la UE. La situación coloca a Grecia al borde del precipicio. De momento parece lejano el momento en el que los extranjeros puedan volver a Turquía, como se acordó en la cumbre del lunes, y mientras tanto el flujo continúa.
Crisis humanitaria
Ayer fueron salvadas más de 50 personas en aguas del Egeo que trataban de llegar a las islas griegas tras zarpar desde las costas turcas. Las ONG advierten de que con el fin de esta ruta migratoria puede producirse una crisis humanitaria en Grecia. La situación es particularmente difícil en Idomeni, en la frontera con Macedonia, donde alrededor de 15.000 personas han quedado bloqueadas en condiciones muy duras. El cerrojazo en las fronteras balcánicas fue aplaudido por Austria, destino soñado por muchos de los inmigrantes y que ha cambiado en los últimos meses su actitud frente a esta crisis: ha pasado de compartir la postura de puertas abiertas de Merkel, a mantener una posición mucho más dura.