García Margallo dice que para España "es inaceptable" el acuerdo para expulsar masivamente refugiados a Turquía
La Comisión Europea insiste en que la nueva arquitectura para devolver inmigrantes será diferente pero legal
España es firme defensora de cerrar en el Consejo Europeo que se celebra este jueves y viernes en Bruselas un acuerdo con Turquía que frene la llegada la llegada de inmigrantes y refugiados pero el respeto a los derechos humanos, asegura el jefe de la diplomacia española, José Manuel García Margallo, no es negociable. “Nuestra voluntad es que se llegue a un acuerdo pero para que sea posible tiene que ser respetuoso con la legislación internacional, la Convencion de Ginebra y el Tratado de de la UE y eso excluye la posibilidad de expulsiones de carácter colectivo”, ha avisado, señalando que el preacuerdo, que establece expulsiones masivas, "no es aceptable".
Su postura ha sonado este lunes mucho más tajante que la del presidente del gobierno en funciones, Mariano Rajoy, satisfecho a priori con el plan cocinado por la canciller alemana Angela Merkel a espaldas del Consejo Europeo. O la del titular de interior, Jorge Fernández Díaz, tras criticar la postura sobre el tema del líder socialista Pedro Sánchez. “No creo que el presidente Hollande de Francia o el primer ministro de Italia, o el señor Tsipras hayan adoptado un acuerdo inmoral e ilegal”, decía la semana pasada.
Según García Margallo, España ya advirtió tras la cumbre que la oferta puesta sobre la mesa por la delegación turca era inaceptable. A las cuatro horas el embajador español ante la UE, Alfonso Dastis, recibió instrucciones para adecuar el texto y trasladar al resto de colegas que la declaración de Turquía no era ni acorde con la legislación internacional ni respetuosa con los derechos humanos.
Esa propuesta nos pareció inaceptable. Entendimos, y así lo dije, que era contraria a la legalidad internacional, a la Convención de Ginebra, al Tratado europeo, a las directivas de retorno y que, por tanto, había que corregir esos defectos”, recordaba García Margallo que ha insistido en que España no aceptará ningún plan que implique devoluciones colectivas.
SOLICITUDES CASO POR CASO
Es decir, que todas las solicitudes de asilo que se presenten deberán recibir un tratamiento individualizado, caso por caso, garantías de seguridad así como un protección “en los mismos términos que el protocolo de Ginebra da a los ciudadanos europeos”, algo a lo que ya se ha comprometido Ankara, según García Margallo. Además, el jefe de la diplomacia española ha garantizado que la posición que defenderá el presidente en funciones, Mariano Rajoy, esta semana será la que se consensue con el resto de partidos políticos en el Congreso. “En ningún caso el presidente aprobaría algo que no tuviera la aquiescencia de la cámara”, explicaba confirmando que será el secretario de estado para asuntos europeos, Fernando Eguidazu, y no Rajoy quien comparecerá este miércoles ante la comisión de exteriores. “Si no hay aquiescencia del Congreso el presidente no firmará”, insistía tras el Consejo.
Son varios los gobiernos, oenegés y organismos internacionales, entre ellos la ONU, que han expresado dudas sobre la legalidad del plan para expulsar inmigrantes econónicos y refugiados negociado con el primer ministro turco, Ahmed Davutoglu. De ahí que la Comisión Europea trabaje contra reloj para aclarar los aspectos jurídicos de una propuesta que insiste será legal desde el punto de vista jurídico. “Para nuestros juristas este preacuerdo es legal. Es una arquitectura un poco diferente pero eso no quiere decir que sea ilegal”, advertía el portavoz del presidente Jean-Claude Juncker.
Según ha explicado, de momento hay un acuerdo sobre los grandes parámetros que ahora tienen que ser definidos bajo el liderazgo del presidente de la UE, Donald Tusk, pero “los derechos de los demandantes de asilo serán garantizados y no se les privará del proceso de solicitar asilo”, asegura sobre la posibilidad de presentar la solicitud cuando pisen territorio griego y recurso en caso de rechazo. Los procedimientos, eso sí, deberán ser “rápidos” y “eficaces” para impedir que el sistema griego se vea desbordado ante la masiva afluencia de refugiados. La Comisión Europea no aclara de momento si todo esto se llevará a cabo en los centros de recepción o hotspot aunque la intención de Bruselas es que todo el proceso sea acelerado.