Tributo musulmán a las víctimas del 22-M en Bruselas
La comunidad religiosa rechaza el extremismo y el racismo tras los atentados .
María Tejero | Bruselas
La comunidad de musulmanes de Bélgica homenajeó ayer a víctimas del doble atentado que costó la vida a 32 personas el 22 de marzo en Bruselas, en una jornada en la que rechazó el extremismo pero también el racismo que teme que ahora se intensifique.
A lo largo del día se celebraron varios actos públicos y privados para despedir a los fallecidos, tanto en la propia capital europea como en la localidad valona de Wavre o en la holandesa de Maastricht, en los que el dolor se ha mezclado con la incertidumbre y los recelos que han surgido tras la matanza.
Los musulmanes moderados belgas se sienten especialmente vulnerables tras unos ataques perpetrados en el nombre de su religión que consideran que ensucia su sentido verdadero.
«El islám es paz, tolerancia y acercarse al prójimo. Encuentro escandaloso lo que han hecho», dijo a Efe Ikram, una joven belga procedente de Tánger y que aunque prefiere no dar su nombre completo, al contrario de la mayoría de los fieles que acuden a la Gran Mezquita de Bruselas, sí quiere hablar a cámara «para lanzar un mensaje».
Éste está cargado de repudia hacia la violencia y de apoyo a las familias de las víctimas, a las que desea «mucho coraje», en palabras de Ikram, que acudió ayer a la Gran Mezquita de Bruselas para la oración del viernes y el funeral de la belgo-marroquí Loubna Lafquiri, muerta en la explosión de la estación de Maelbeek.
El evento atrajo a cientos de creyentes que atestaron las estancias de la mezquita, hasta el punto de tener que desplegar alfombras en pasillos, escaleras y los jardines de la entrada para los rezos mientras el imán recitaba que «la primera cosa que se juzgará entre los servidores serán los crímenes de sangre».
Por otra parte, ningún representante de la Gran Mezquita, que de manera recurrente se vincula con el salafismo y la expansión de ideas radicales en Bélgica, estaba entre los imanes que acompañaron al presidente de la asociación oficial de los musulmanes en Bélgica, Salah Echallaoui, y al gran rabino de Bruselas, Albert Guigui, en su homenaje conjunto a las víctimas.