LA TREGUA EN SIRIA, AL BORDE DEL COLAPSO
La aviación siria castiga sin piedad Alepo en un asalto a gran escala
El ataque deliberado a un hospital por la aviación del régimen o sus aliados mata a al menos 27 personas, incluido el último pediatra que quedaba en esta ciudad
El 'cese de hostilidades' pactado por Rusia y EEUU en febrero pasado se halla al borde del colapso, tras las últimas masacres provocadas por los bombardeos de la aviación del régimen sirio o sus aliados. Al menos 27 personas perdieron la vida, incluyendo el último pediatra que trabajaba en los barrios de la ciudad bajo control insurgente, además de tres niños. El enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, tiene previsto viajar próximamente a Moscú, según anunció Ria Novosti, con el cometido no declarado de ejercer presión sobre las autoridades rusas para que a su vez influyan en Damasco y cesen los bombardeos sobre objetivos civiles, que en los últimos días se han cobrado un centenar de muertes, y que amenazan con arruinar los esfuerzos para reducir el nivel de violencia y encauzar un proceso de paz.
Según las informaciones procedentes de Alepo, el ataque siguió un patrón similar a tantos otros sucedidos en los cinco años de la guerra siria. El hospital Al Qods, respaldado por Médicos sin Fronteras (MSF), fue destruido por un ataque directo y en apariencia deliberado. En el bombardeo murieron tres doctores, y el centro quedó completamente destruido. Todos estos incidentes, según coinciden muchos observadores, parecen formar parte ya de una tentativa de asalto a gran escala por parte del régimen sirio y las fuerzas que le apoyan contra los bastiones rebeldes en el este de la ciudad.
AVANCE GUBERNAMENTAL
La agencia ABNA ha informado de que las fuerzas sirias intentaban avanzar en dirección de los distritos de Al Khalidiyah, Tishreen y Bani Zayd contra milicias pertenecientes al Ejercito Sirio Libre,Ahrar al Sham, Jaysh al Mujahedeen y Jabhat al Nusra, leales estos últimos a Al Qaeda y no cubiertos por la tregua ruso-estadounidense. Según fuentes militares de EEUU, Rusia está reposicionando en este escenario en el norte del país árabe parte de las armas pesadas empleadas en la reciente conquista de Palmira, situada mucho más al sur.
El Observatorio Sirio para los Derechos del Hombre (OSDH), con sede en Londres, ha asegurado que las fuerzas rebeldes, a su vez, habían causado la muerte a una cuarentena de civiles en zonas a manos del Gobierno debido a los disparos de mortero realizados desde sus posiciones.
Los bombardeos deliberados contra objetivos civiles por parte de Damasco y aliados han sido una constante desde el inicio del conflicto. En febrero, la aviación de Rusia fue acusada de llevar a cabo un bombardeo también deliberado y coordinado contra hospitales tutelados por MSF en varios puntos de la zona bajo control insurgente.
Medios de comunicación y oenegés denunciaron entonces que el Kremlin había acabado asumiendo las tácticas de 'tierra quemada' del régimen de Bashar el Asad, buscando provocar un nuevo éxodo masivo de refugiados sobre las fronteras de la UE y convirtiendo a los centenares de miles de huidos sirios en un "arma más" en la pugna que enfrenta a los Veintiocho y a Moscú, fomentando la discordia interna. Precisamente, la gestión de esta marea humana es constante fuente de disensiones y problemas entre los estados miembros de la Unión, que no consiguen acordar o cumplir cuotas y ceden a la tentacion de limitar el libre movimiento dentro del espacio Schengen.
MSF, por su parte, ha enviado tuits bajo el hastag #notatarget ('no es un objetivo', en inglés) para denunciar la situación en los centros que gestiona.
Eso sí, analistas militares y observadores llevan días destacando que la retirada parcial rusa anunciada en marzo por el presidente Vladímir Putin en realidad ha sido una reestructuración de las fuerzas desplegadas en el país árabe. En la base de Khmeimim permanecen algunos aviones Sukhói, y los aparatos que regresaron hace un mes han sido sustituidos por helicópteros de ataque KA-52 , diseñados para destruir objetos terrestres como tanques y blindados, y MI-28N, apodado 'cazador nocturno' y con capacidad de realizar misiones tanto durante el día como la noche.
En opinión de estas fuentes, el Kremlin pretende, con este juego de repliegues y despliegues, modificar la naturaleza del conflicto sirio, convirtiéndolo en una suerte de "guerra secreta" que no genera titulares en los medios de comunicación occidentales pero que mantiene los niveles de mortandad previos al anuncio de la retirada parcial.