La entrega de ayuda tensa a la ONU y al Gobierno de Siria
El organismo solicita a Damasco que permita lanzamientos por aire en zonas sitiadas
El sueño, y el ruego, es que en Siria acaben los cercos que mantienen a cerca de 600.000 personas aisladas en 19 puntos del país, dos tercios de ellos impuestos por fuerzas del gobierno de Bashar el Asad y el resto por grupos armados de la oposición o por el Estado Islámico y sus asociados. Pero de momento, y ante esa meta que se siente como una utopía, Naciones Unidas quiere asegurar que al menos la población sitiada reciba ayuda humanitaria, un objetivo que también enfrenta lo que el organismo ha definido como "una escalada de retos" y para el que ahora se plantea la posibilidad de entregas por aire.
Tras una reunión del Consejo de Seguridad a puerta cerrada el viernes, y por iniciativa de Estados Unidos, Reino Unido y Francia, la ONU decidió solicitar formalmente a Damasco este domingo que apruebe la entrega de ayuda por aire en las zonas en las que se ha denegado o permitido solo parcialmente la llegada de convoys humanitarios por tierra. Lo que no está claro que el Gobierno de Asad vaya a responder inmediatamente a la petición ni a dar ese permiso precisamente para zonas en las que ha vetado el acceso por tierra, especialmente cuando Damasco asegura que nadie está muriendo de hambre en el país. Y aunque el embajador británico, Matthew Rycroft, aseguró que su gobierno y otros "considerarán más acciones para asegurar que se entrega la ayuda humanitaria", se negó a dar detalles de en qué consistirían esas acciones.
En una guerra que dura ya cinco años, ha dejado más de 250.000 muertos, ha creado 6,6 millones de desplazados internos y ha forzado a huir del país a casi cinco millones de personas más. la situación en los 19 enclaves sitiados se está recrudeciendo ante la intensificación de la violencia y los ataques. Por eso el mes pasado el Grupo Internacional de Apoyo para Siria instó al Programa Mundial de Alimentos de la ONU a empezar unilateralmente las entregas por aire si para el 1 de junio Asad no garantizaba acceso por tierra tanto a esas zonas como a otras de difícil acceso. Justo al día siguiente de cumplirse ese plazo, el Gobierno sirio aprobó 29 de las 34 peticiones para el mes de junio. De ellas 17 pretenden llevar ayuda a zonas sitiadas, pero Asad solo ha aprobado totalmente 12 de esas misiones. En otras tres solo permitirá la entrega de material escolar y médico y leche para niños y en dos ha vetado totalmente los convoys.
Con aviones y helicópteros
La ONU, en cualquier caso, necesita la aprobación del Gobierno sirio y "todas las garantías necesarias" para hacerentregas con aviones o helicópteros, un metodo mucho menos efectivo, más impreciso y más costoso que los envíos de ayuda por tierra. Asimismo, necesita asegurarse la financiación de esas misiones.
El propio enviado especial de la ONU para Siria, Steffan de Mistura, que también habló el viernes al Consejo de Seguridad, ha reconocido que "seis semanas de lanzamientos por aire equivalen a un solo convoy por tierra" y el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, dijo el viernes en París tras hablar por teléfono sobre la ayuda con su homólogo ruso, Sergei Lavrov, que "la preferencia sigue siendo hacerlo por tierra".
La discusión diplomática sobre la ayuda vuelve a poner de manifiesto las tensiones. El embajador francés ante la ONU, François Delattre, aseguró el viernes que la ayuda humanitaria es "como mucho una gota en el océano" y acusó a Siria de estar intentando engañar a la comunidad internacional "autorizando ciertos convoys que luego llegan sin comida o sin medicinas o sin ambos".
Por su parte, el embajador de Siria, Bashar Jaafari, defendió que "el Gobierno sirio nunca ha negado ayuda humanitaria en ninguna parte del país" y cuestionó la reunión del Consejo de seguridad como un intento de "demonizar al gobierno" de Asad y ejercer "presión política" antes de la próxima ronda de conversaciones para intentar poner fin a la guerra.