Colombia pone fin a una guerra de 50 años
M. L. de Guereño | la habana
Colombia está más cerca de la paz después del histórico acuerdo de «alto el fuego bilateral y definitivo» entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) anunciado ayer en La Habana. Será rubricado hoy en la capital cubana por el presidente colombiano y Timoleón Jiménez o ‘Timochenko’, líder de la guerrilla. Se expondrá el modelo, la forma en que se llevará a cabo ese cese de las hostilidades, el calendario para la entrega de las armas y el nombre que se dará a los campamentos donde los guerrilleros irán desmovilizándose progresivamente. El alto el fuego bilateral entrará en vigor una vez esté firmado el acuerdo final.
Sin embargo, tras más de cuatro años de conversaciones, solo falta por cerrar el sexto punto, relativo a la verificación del nuevo estatus, así como una decena de «salvedades» de los otros cinco. La premisa fundamental es que «nada estará acordado hasta que todo esté acordado», pero a estas alturas no parece probable que haya marcha atrás para un proceso que dejará atrás más de 50 años de guerra fratricida.
Dejar las armas
Resolver el tercer punto ha sido una de las tareas más complicadas, pues incluye la «dejación de las armas», que las FARC insisten en no identificar con «entrega», y las garantías para los guerrilleros que paulatinamente se incorporarán a la vida civil.
Otro aspecto pactado es que se regula, como recoge el comunicado número 74, «la lucha contra las organizaciones criminales responsables de homicidios y masacres o que atentan contra los defensores de derechos humanos, movimientos sociales o movimientos políticos, incluyendo las organizaciones criminales que hayan sido denominadas como sucesoras del paramilitarismo y sus redes de apoyo, y la persecución de las conductas criminales que amenacen la implementación de los acuerdos y la construcción de la paz». La importancia del acuerdo quedará ratificada por la presencia en Cuba de varios presidentes. Los garantes Cuba y Noruega estarán representados por el presidente Raúl Castro y el Canciller Borge Brende. Michelle Bachelet y Nicolás Maduro oficiaran el acompañamiento de estos años de Chile y Venezuela.
El Gobierno ha prometido garantías. Las FARC ya no exigen tener resueltas todas las «salvedades». Aspectos como la precisión sobre las hectáreas necesarias para calificar un terreno de latifundio que empantanaron los diálogos, se resolverán después, cuando ya hayan firmado la paz.