DERECHOS HUMANOS EN ARGENTINA
Las Madres de la Plaza de Mayo celebran su manifestación 2000 en abierto enfrentamiento con Macri
El presidente argentino afirma que "no tiene sentido" discutir sobre el número de víctimas de la dictadura. La agrupación dio su primera vuelta a la histórica plaza en 1977
Dos mil rondas. Las Madres de Plaza de Mayo dieron este jueves otra vez sus vueltas alrededor del mástil que se levanta a metros de la sede presidencial. El número -2.000- no deja de impresionar: encierra un drama histórico de efectos inagotables. Lo que comenzó un 30 de abril de 1977, cuando un grupo de mujeres salieron a la calle a pedir por sus hijos desaparecidos, se proyecta todavía en el presente.
Las Madres volvieron a la Plaza en medio de una fuerte controversia de los organismos defensores de los derechos humanos con el presidente Mauricio Macri. “Vamos a tener que llenar muchas plazas para la reivindicación”, dijo la presidenta de una de las líneas en las que se dividieron las Madres, Hebe de Bonafini, ante lamultitud que fue a la Plaza.
La situación judicial que precisamente enfrenta De Bonafini en el marco de una causa por desvío de dinero público así comorecientes declaraciones del mandatario, han tensado las relaciones de los organismos con el Gobierno de derechas.
“No tengo idea”, dijo Macri al portal 'Buzzfeed', cuando le preguntaron sobre la cantidad de personas desaparecidas durante la últimadictadura militar (1976-83). “Es un debate en el que no voy a entrar, si son 9.000 o 30.000, si son los que están anotados en un muro (el Parque de la Memoria, frente al Río de la Plata, donde eran arrojadas las víctimas desde un avión) o si son más. Es una discusión que no tiene sentido”. Además, el jefe de Estado calificó a De Bonafini de “desquiciada”. Hace 39 años, los militares llamaban “locas” a esas mismas Madres.
GRITOS DEL PASADO
En la ronda 2.000 reverberan aún los gritos de los años de espanto, las expectativas y frustraciones de la transición democrática, también las propias divisiones entre dos sectores de las Madres, que se agudizaron con la llegada del kirchnerismo. El grupo que lidera De Bonafini se alineó de manera incondicional con Néstor y Cristina Kirchner tras la decisión que tuvieron de impulsar los juicios contra los represores que se habían beneficiado con las leyes de impunidad.
De hecho, la expresidenta no perdió la oportunidad de ir a visitar a De Bonafini antes de la manifestación y alabar su actitud ejemplar durante la dictadura. “Me acordaba de que en aquella época tan dura no se animó nadie más que ellas, porque todos teníamos miedo, otros serían cómplices o no sé”, dijo.
El enojo de los organismos humanitarios con el Gobierno tiene múltiples raíces. Desde 2016, más de 50 militares condenadospor hechos aberrantes han sido autorizados a cumplir lo que les resta de sus condenas en sus casas. Pero otro hecho ha encendido las alarmas. Macri exhumó palabras impronunciables desde hace años en Argentina a la hora de hablar de lo ocurrido en los años setenta. El mandatario volvió a hablar de una “guerra sucia”.
CRITICAS Y APOYOS A MACRI
Tati Almeida, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, no se demoró en responderle: “no hubo una guerra ni sucia ni limpia, huboterrorismo de Estado. Repudiamos las palabras del presidente porque demuestran que no le importa el genocidio que hubo en el país", a lo que añadió: "Si le importan los derechos humanos del futuro, que se ocupe de la gente que no tiene trabajo, porque sin trabajo no hay educación, ni salud. Nosotras estamos junto a todos a los que les importan estas cosas”.
Estela de Carlotto, de Abuelas de Plaza de Mayo, aseguró que el presidente “involuciona” al abordar de esa manera la tragedia y llamar al Memorial por los Desaparecidos “muro” de manera peyorativa. El premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel le recomendó “tomar clases de derechos humanos y dignidad”.
El secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, trató de calmar los ánimos. “Tenemos muy clara la agenda de Derechos Humanos de nuestro tiempo y es una agenda ampliada, en la cual Memoria, Verdad y Justicia es política de Estado, porque -como dijo el presidente- los juicios por lesa humanidad son prioritarios”.
En los hechos, Avruj tuvo que corregir al mandatario: “Repudiamos y condenamos hoy y siempre el terrorismo de Estado desplegado y a sus perpetradores. 30.000 es la cifra que marcó el camino de la lucha de la sociedad argentina por esa memoria, verdad y justicia. Pero cada vida que se perdió es irremplazable y el dolor es inmenso”. Para Avruj no quedan dudas de que hubo una “responsabilidad mayúscula del Estado por los crímenes cometidos”.