Trump reúne a sus colaboradores para perfilar el futuro Gobierno
El presidente electo prepara un Gabinete con una línea marcadamente ultraconservadora.
jairo mejía | washington
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, comenzó ayer una nueva etapa en el diseño de su gabinete de gobierno que contará, según las previsiones, con un plantel de ultraconservadores que le han apoyado desde los primeros días de campaña La Torre Trump, en el centro de Manhattan, fue escenario de un constante trasiego de asesores y miembros del equipo de campaña de Trump, incluidos sus hijos Donald Jr., Eric e Ivanka, que preparan ya el que será el nuevo Ejecutivo que tomará las riendas del país a partir del 20 de enero.
La flamante oficina del presidente electo emitió un comunicado en el que informó de que el vicepresidente, Mike Pence, se encargará de diseñar el traspaso de poder. Además, anunciaron las figuras que formarán parte del nuevo equipo de transición, que incluye a tres hijos del magnate neoyorquino.
Los políticos que defendieron la candidatura de Trump desde los primeros días de campaña recibirán cargos de importancia en el equipo de transición y probablemente en el Gobierno. El expresidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich podría optar a varios cargos, entre ellos secretario de Estado, al igual que el exalcalde de Nueva York Rudy Giuliani, que podría tener un papel en Justicia, o el senador Jeff Sessions, quien podría mover los hilos del presupuestos desde la Casa Blanca.
Otro de los que tendrá un importante papel en el traspaso de poder entre la administración de Barack Obama y la de Donald Trump será Jared Kushner, magnate inmobiliario, marido de Ivanka Trump y considerado el verdadero director de la exitosa campaña del republicano.
Pese a abogar la noche de su victoria electoral por unir al país y ser el presidente de todos los estadounidenses, su ejecutivo podría estar compuesto por figuras ultraconservadoras, representantes del «Tea Party» o poco conciliadoras. Trump, que se reunió con Obama en la Casa Blanca para iniciar el proceso de transferencia de poder que culminará con la toma de posesión el 20 de enero, deberá nombrar a los jefes de más de una decena de ministerios, así como agencias federales y otros puestos en la judicatura o dentro de la Casa Blanca.
Stephen Bannon, jefe de campaña de Trump y miembro del equipo de transición suena como posible jefe de Gabinete de la Casa Blanca, algo para lo que también podría optar el presidente del Comité Nacional Republicano, Rience Priebus, el principal aliado del presidente electo durante su accidentada campaña de primarias.
La ultraconservadora figura del «Tea Party», exgobernadora de Alaska y excandidata a vicepresidenta en 2008 Sarah Palin podría ser nombrada secretaria de Interior, mientras que Ben Carson, exrival de primarias de Trump, adventista y neurocirujano, suena como posible secretario de Educación o de Sanidad.
Como secretario de Seguridad Nacional las apuestas se inclinan por el sheriff del condado de Milwakee, David Clarke, un antiabortista extremo, que ha criticado las manifestaciones contra la brutalidad policial y exige mano dura contra el crimen y los indocumentados.
Para el vital puesto de secretario de Defensa, Trump podría contar con el congresista Duncan Hunter, miembro del Comité de las Fuerzas Armadas, y uno de los legisladores con un historial de votos más conservador del Congreso. Para secretario de Estado, el equipo de Trump podría inclinarse por el regreso a la primera línea de John Bolton, y el Tesoro podría caer en manos de algún banquero o ejecutivo de Wall Street, como el polémico consejero delegado de JP Morgan, Jamie Dimon, o Carl Icahn, que confesó que abandonó la fiesta del triunfo electoral de Trump en mitad de la noche para invertir mil millones de dólares en acciones.