COLOMBIA
El día del perdón a las FARC
Familiares de 12 diputados ejecutados por las FARC y los guerrileros responsables de esas muertes participan el sábado en Cali en un acto de disculpa y reconocimiento
Sebastián Arismendy tenía nueve años el 19 de junio de 2007, cuando se enteró de que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) habían asesinado a su padre tras cinco años de secuestro. Tras recibir la noticia se dirigió a su cuarto, rompió la cerradura de la puerta, tumbó todos los cuadros y comenzó a golpear el suelo mientras juraba que mataría a los verdugos de su padre. “Mi vida tenía un solo objetivo. Fueron dos o tres años de puro rencor, deganas de matar y asesinar”, relata Sebastián nueve años después, sentado junto a su hermano menor Juan Camilo en su casa de Bogotá.
Su padre, Héctor Fabio, formaba parte de los 12 diputados regionales de la asamblea del Valle del Cauca que las FARC habían secuestrado en abril de 2002. Un comando guerrillero, cuyos miembros iban disfrazados de militares, irrumpió en la asamblea, ubicada en el corazón de la ciudad de Cali, y desalojó a los diputados alertando sobre un aviso de bomba. La buseta en la que supuestamente los desplazaban a un lugar seguro, se internó en la selva perseguida infructuosamente por Ejército y Policía. Sólo uno de los diputados lograría regresar con vida.
Este sábado, en Cali, en la asamblea donde empezó todo, tendrá lugar un acto de perdón y reconocimiento de responsabilidades en el que los mandos de las FARC se encontrarán cara a cara con los familiares de los diputados. Será el primer acto público de la guerrilla después de la firma del nuevo y definitivo acuerdo de paz con el Gobierno que ha puesto fin a más de 50 años de guerra. Será la tercera reunión entre guerrilleros y familiares tras las dos que tuvieron lugar durante las negociaciones en La Habana previas a este acto.
Laura Charry, hija del diputado asesinado Carlos Charry, recuerda su primer encuentro con los dirigentes guerrilleros como “duro” e “impactante”. “Ustedes acabaron con la vida de mis papás, con la vida de nosotros, ustedes destruyeron nuestros proyectos, jugaron con nosotros”, les dijo a los mandos de las FARC, sentada frente a ellos en una habitación de hotel en La Habana. “Ustedes jugaron con nuestro dolor, y yo aquí no vine a perdonarles”, rememora Laura, entrevistada en la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas de Cali, donde trabaja en la actualidad.
"TOCAR EL FONDO DEL DOLOR"
“Ir a La Habana fue tocar fondo en el dolor, hasta lo más profundo”, declara también en Cali Fabiola Perdomo, viuda del entonces presidente de la asamblea, Juan Carlos Narváez. “Lloré el día que llegamos, el día de la reunión y los días siguientes y después me pregunté, ¿por qué estoy llorando tanto? Entonces me di cuenta de que ese día yo había despedido a mi esposo. Ese día me desprendí de él”, explica Fabiola. Al contrario que Laura Charry, Fabiola sí ha logrado perdonar a los asesinos de su marido. “El perdón es individual. Cada uno toma la decisión de perdonar o no, en mi caso tomé la decisión de perdonar y eso me ha permitido sentir que he sanado”.
Hayan perdonado a las FARC o no, casi todos los familiares de los diputados apoyan el modelo de justicia especial del acuerdo de paz, que no contempla penas de prisión para los guerrilleros que ayuden al esclarecimiento de la verdad. En palabras de Laura Charry: “Para mí el tema de la cárcel y para muchos de los familiares es lo que menos importa. Lo importante es que conozcamos la verdad, que haya un acto de perdón, un escenario donde la gente pueda ir y decir ‘ay, esos eran los diputados, unos mártires de la democracia’”.
EL LEGADO DE LOS DIPUTADOS
Ángela Giraldo decidió perdonar tres meses después del asesinato, cuando revisaba los vídeos de su hermano Francisco, que las FARC enviaban a los familiares como pruebas de supervivencia durante el secuestro. “Hay un vídeo muy lindo de él en el que dice que aprendió a perdonar a las personas que tanto sufrimiento nos han ocasionado, que no guarda odios ni rencor y que la paz debe iniciar por nosotros”, declara Ángela en su apartamento en Bogotá. “Ese tiene que ser su legado, yo no puedo ser inferior. Si él fue el que sufrió todo eso, ¿quién soy yo para guardar odios?”.
Los diputados murieron de la forma más inexplicable dentro del absurdo del conflicto. En un contexto de guerra total entre Ejército y FARC, los guerrilleros ajusticiaron a los diputados pensando que se estaba produciendo un intento de rescate militar. La realidad era que otro grupo de las FARC se había desviado de su ruta y se había acercado demasiado al campamento donde se encontraban custodiados los diputados. Para cuando los guerrilleros descubrieron que se estaban disparando entre ellos, todos los diputados habían sido ejecutados excepto Sigifredo López, que estaba castigado en un calabozo aparte y que fue finalmente liberado un año y medio después.
"¿USTED SE ARREPIENTE?"
Sebastián, el hijo del diputado Héctor Fabio Arismendy, tiene ahora 19 años y estudia dos carreras. En La Habana se plantó frente a los máximos dirigentes de las FARC y les dijo que tras la muerte de su padre él había jurado matarlos, pero que ya había superado el odio y las ganas de asesinar. Al acabar la reunión, Iván Márquez, el jefe de la delegación negociadora de las FARC, se le acercó para pedirle perdón personalmente. “Yo sé que nunca voy a poder recuperar lo que le quité, pero si puedo hacerle recuperar al menos un poquito, permítamelo”, le dijo Márquez, según relata Sebastián, y añade: “'¿Usted se arrepiente de todo lo que ha hecho?’, le pregunté. Él agachó la cabeza, como que no me quería responder, y luego asintió”.