Diario de León

Renzi aplaza ahora su dimisión para evitar un vacío de poder

El presidente le pide que permanezca en el cargo hasta que se aprueben las cuentas de 2017.

Tras reunirse con el presidente de la República y el Consejo de Ministro, Renzi congela su decisión. ALESSANDRO DI MEO

Tras reunirse con el presidente de la República y el Consejo de Ministro, Renzi congela su decisión. ALESSANDRO DI MEO

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Dario Menor | roma

Era sólo un espejismo. Aunque la contundente derrota en el referéndum constitucional del domingo tiñe ahora de negro toda su labor, el Gobierno de Matteo Renzi no ha sido de los peores que Italia ha tenido estas últimas décadas: la mayoría de los indicadores económicos han mejorado, el país parecía dar algunos pasos para salir del letargo y se respiraba una confortante estabilidad institucional. Durante los poco más de 1.000 días que se va a prolongar el Ejecutivo del joven político florentino, el país casi no parecía el mismo en algunas fases. Pero como ocurre muchas veces con los grandes vicios, se acaba cayendo de nuevo en ellos cuando se pasa por un momento de tensión.

El día después del batacazo en el referéndum constitucional, en el que el ‘sí’ que el Gobierno defendía se quedó casi veinte puntos por debajo del ‘no’, a Renzi le tocó diseñar su salida del Ejecutivo para evitar un vacío de poder. El todavía primer ministro se reunió primero con el presidente de la República en un encuentro tras el que Sergio Mattarella dio algunas pistas sobre cómo pretende conducir esta crisis política. Pidió primero «serenidad y respeto» y recordó luego que el país cuenta con «compromisos y plazos» que tiene que cumplir. Estas palabras hacen pensar que no se convocarán elecciones anticipadas al menos hasta que se reforme la ley electoral y estén aprobados en el Parlamento los Presupuestos Generales del año que viene. El caos está garantizado.

Tras verse por primera vez con Mattarella, Renzi presidió un Consejo de Ministros en el que analizó los resultados del referéndum, pero no presentó su dimisión. A continuación volvió a reunirse con Mattarella, quien le pidió que permanezca en el poder hasta que las cuentas del Estado de 2017 consigan el visto bueno por parte ambas Cámaras. Se espera que el viernes esté completado ese trámite parlamentario.

Ese tiempo lo utilizaría Mattarella para comprobar si hay otro algún otro líder en el Partido Democrático (PD) que pueda ocupar el cargo de Renzi y encabezar así un Gobierno de transición, al menos durante el tiempo suficiente para reformar la ley electoral antes de convocar comicios anticipados. En ese escenario no puede descartarse un regreso del todavía líder del PD, quien pese a que perdió de forma contundente en el referéndum constitucional de ayer, obtuvo trece millones de votos. Con esos apoyos, hubiera logrado una clara victoria si se hubieran tratado de unas elecciones parlamentarias.

En caso de que pruebe a salvar su cabeza o prepare un regreso en el futuro, Renzi esgrimirá ese argumento en la reunión de la dirección nacional que el PD ha convocado hoy en Roma, en la que la parte más crítica de su formación tratará de que abandone la secretaría general. El ala más izquierdista del PD y nombres importantes del pasado, como Pierluigi Bersani o Massimo D’Alema, a quienes trató de «desguazar», según sus propias palabras, no ven la hora de ajustar cuentas y tratar de ‘desguazarle’ ahora a él.

De este encuentro de importancia sustantiva para el país también puede salir el nombre que proponer a Mattarella para que ocupe la jefatura del Gobierno de transición encargado de llevar las riendas del poder hasta las próximas elecciones, que tal vez se celebrarían en primavera. Mattarella podría optar por un técnico, como el actual ministro de Economía, Pier Carlo Padoan, o por un político, como el ministro de Cultura, Dario Franceschini, o el de Infraestructuras, Graziano Del Rio.

El nuevo escenario que abre el fracaso del referéndum constitucional beneficia especialmente al Movimiento 5 Estrellas (M5E), el partido anticasta fundado por el cómico Beppe Grillo. Espoleado por su primer puesto en las encuestas y por el fracaso de Renzi, el M5E pide elecciones de inmediato, aunque aún tiene que designar a su candidato. La misma postura mantiene la xenófoba Liga Norte, cuyo líder, Matteo Salvini, aspira a aglutinar a toda la derecha italiana. A los conservadores de Berlusconi, este escenario les pilla con el pie cambiado.

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