ESTADOS UNIDOS
¿Quién es Rex Tillerson? El elegido de Trump para comandar la diplomacia de EEUU
El presidente de ExxonMobil, la mayor petrolera del mundo, sin experiencia en cargos públicos y cercano a Rusia, liderará la política exterior del país
Rex Wayne Tillerson, el elegido de Donald Trump para ser el secretario de Estado de su Gobierno y, por lo tanto, el jefe de la diplomacia y cuarto en la línea de sucesión presidencial, no viene del mundo político, diplomático y ni tampoco del académico. Como su futuro jefe, es un hombre del mundo empresarial y los negocios, un ejecutivo de 64 años, nacido en Wichita Falls en Texas, sin ninguna experiencia en cargos públicos y con una extensa red de contactos internacionales.
El futuro secretario de Estado está casado, es padre de cuatro hijos y reside con su familia en la ciudad de Irving (Texas). Tillerson es el actual presidente (CEO) de la mayor compañía petrolera del planeta, la estadounidense ExxonMobil. Graduado en ingeniería por la universidad de Texas, ingresó en la empresa en 1975, como ingeniero de producción. Llegó al alto cargo de la multinacional en 2006 y fue reelegido en 2008.
Lidera una de las empresas con mayor valor de mercado del mundo, con operaciones que llegan a casi 400.000 millones de dólares (370.000 millones de euros), en más de 50 países. Su exitosa carrera en ExxonMobil le ha otorgado experiencia en la relación y negociación con líderes extranjeros. Según palabras de Trump, Tillerson es “mucho más que un ejecutivo, es un jugador de clase mundial”.
AMIGO DE PUTIN
Es remarcable la estrecha relación que mantiene con Rusiades de los años 90, cuando asumió la responsabilidad de las operaciones de su compañía en el país del este. Pese a los embargos que Rusia sufre desde occidente y a las difíciles relaciones con EEUU, Tillerson consiguió en el 2011 que ExxonMobil mantenga sociedades conjuntas con la petrolera Rosneft, controlada por el Kremlin.
En el 2013 Tillerson recibió de las manos de Putin la medalla del orden de la amistad, un galardón que reciben los extranjeros que contribuyen a la mejora de las relaciones de Rusia con el resto del mundo.
CONTRARIO A SANCIONES ECONÓMICAS
El ejecutivo petrolero es un fiel opositor de las sanciones económicas; opina que “son medidas extremadas y casi siempre muy poco efectivas”. De hecho, los lazos personales que mantiene con Putin y con Igor Sechin (hombre fuerte del Kremlin, considerado el segundo hombre más poderoso de Rusia después de Putin) han hecho con que Tillerson consiguiera firmar un acuerdo con Rusia para explorar petróleo en el Ártico. Las sanciones del presidente Obamaal Kremlin tras la invasión rusa de Crimea dejaron en suspenso el negocio, que podría ser retomado con Tillerson como secretario de Estado
CONTRARIO A LAS ENERGÍAS RENOVABLES
Sobre el cambio climático y la economía basada en el carbón, el futuro secretario de Estado ha declarado que reconoce que la emisión de gases de efecto invernadero afecta al clima hasta cierto punto, pero está convencido de que las energías renovables jamás conseguirán sustituir a las fósiles y que la humanidad seguirá usándolas, guste o no guste.
En sus intervenciones en los foros internacionales sobre economía y relaciones internacionales, Tillerson se ha mostrado siempre como convencido defensor del libre mercado y de una fuerte presencia estadounidense en el mundo para buscar la seguridad e independencia energética.
CERCANO A LOS REPUBLICANOS
Tillerson se ha mantenido siempre muy cercano al Partido Republicano y figura en las listas de de los grandes donantes de las campañas del partido. Según los datos oficiales, ha donado más de 415.000 euros desde al año 2003. Ha hecho aportes a las campañas presidenciales de George W. Bush y Mitt Rommey.
En las presidenciales del 2016, curiosamente, no ha hecho donaciones a la campaña de su futuro jefe, Donald Trump, ya que apoyó a la campaña de Jeb Bush durante las primarias republicanas.
ESTRATEGISTA DEL PETRÓLEO
Según la revista 'Forbes', Tillerson dará al Departamento de Estado una comprensión sin precedentes del papel vital que desempeña el petróleo en el poder económico en la escena internacional, principalmente en Rusia y China. Según esa misma revista, es también alguien que entiende y conoce desde dentro el negocio que financia a grupos como el Estado Islámico y que impulsa a las economías de las potencias de Oriente Próximo, como las de Irán yArabia Saudí.
En materia de políticas y regulaciones públicas, Tillerson es un feroz crítico de lo que califica de exceso de regulación estatal. Para él, la mayoría de las normas y reglamentos del Estado son unaburocracia innecesaria que, en última instancia, sirve para rechazar las peticiones del emprendedor.
El fututo secretario de Estado también colecciona contradicciones, como la que protagonizó al demandar a una compañía que quiso perforar un pozo de petróleo cerca de su casa en Texas. El magnate del petróleo perdió la demanda y tuvo que soportar como un ciudadano más la victoria de los intereses de una petrolera, los mismos que él defiende al frente de la Exxon Mobil.
APROBACIÓN DEL SENADO
La confirmación de Tillerson como nuevo jefe del Departamento de Estado aún depende la aprobación del Senado. El nombre del magnate no goza de simpatía en el seno del Partido Demócrata, que le ve como demasiado cercano a los rusos.
El senador republicano por Florida, Marco Rubio, que es rival de Trump afirmó que "ser amigo de Putin no es uno de los atributos que él espera del nuevo secretario". Si Rubio y los Demócratas votan en contra del nombramiento en la Comisión de Relación Exteriores del senado, la decisión final recaerá sobre el pleno, donde harían falta 50 votos para aprobar el nombre de Tillerson.
Los republicanos cuentan con 52 senadores, pero Rubio no es el único descontento con la indicación del magnate. El senador por Arizona y excandidato a presidente, el republicano John McCain, ya ha hecho pública sus dudas y preocupaciones sobre el nombramiento de Tillerson, por sus relaciones con Putin.
De este modo, para ser nombrado como nuevo secretario de Estado, Tillerson tendrá que garantizar, como mínimo, el apoyo de 50 senadores republicanos.