Cerrar

Merkel y Erdogan exponen sus diferencias en una tensa reunión

Alemania y Turquía discrepan sobre la colaboración militar, judicial y migratoria.

La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. TUMAY BERKIN

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

dogan tilic | ankara

La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente de Turquía, el islamista Recep Tayyip Erdogan, mantuvieron ayer un tenso encuentro en Ankara que evidenció sus diferencias en asuntos como colaboración militar, judicial y migratoria.

Fue la quinta visita de Merkel a Turquía desde otoño de 2015, pero la primera desde el fallido golpe militar de julio pasado, y tuvo lugar entre polémicas por la negativa de Alemania de extraditar a supuestos responsables de esta asonada.

Merkel se reunió al mediodía con Erdogan, en una entrevista que duró dos horas y media, y por la tarde se entrevistó con el primer ministro, Binali Yildirim, tras una visita al Parlamento, bombardeado durante el intento golpista.

En la rueda de prensa que siguió a su encuentro con la canciller alemana, Erdogan insistió en que se debe mejorar la cooperación antiterrorista con Alemania, país que alberga, recordó, a tres millones de turcos.

Merkel respondió que Turquía hace bien en castigar a los autores del golpe, pero pidió que la responsabilidad penal se establezca de forma individual, recogiendo así las denuncias de que las acusaciones de golpismo se hacen de forma genérica.

«Le dije (a Erdogan) que debe respetarse la libertad de expresión, la libertad de prensa», señaló la mandataria durante la rueda de prensa, transmitida en directo por las emisoras locales.

«Estamos comprometidos con la lucha contra el terrorismo, pero los procesos de extradición se deben evaluar en los juzgados; algunos han dicho que no se puede extraditar y tenemos que respetar la independencia judicial», subrayó.

Según el diario turco Sabah , entre 2007 y 2016 Turquía pidió a Alemania la extradición de 143 personas, muchas de ellas supuestos miembros del Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK) o de la extrema izquierda, pero sólo consiguió la entrega de tres acusados, con 115 casos ya rechazados.

Durante su posterior rueda de prensa con Yildirim, la canciller subrayó que Alemania considera al PKK terrorista y prometió que se investigarían cuidadosamente las alegaciones respecto a los vínculos de la guerrilla en Alemania.

Por otra parte, aprovechó para quejarse de que los imames de la Ditib, la federación islámica turco-alemana que depende de Ankara, espiaran a sus fieles en Alemania para informar sobre posibles simpatizantes del predicador conservador Fethullah Gülen, algo que contraviene la ley, dijo la canciller, y «no debería ocurrir».

Merkel y Erdogan no hicieron alusión alguna al contencioso de la base aérea de Incirlik, que supuestamente iba a protagonizar su encuentro, dado que Alemania quiere expandir su misión en este aeropuerto militar en el sur de Turquía.

Según la prensa turca, Ankara exige a cambio que la aviación germana comparta no sólo la información que recoge sobre el Estado Islámico sino también la relacionada con las milicias kurdas de Siria, a las que considera igualmente terroristas.

En relación con otro tema fundamental, la política migratoria, Merkel subrayó que el acuerdo entre la UE y Ankara «debe seguir vivo».

La prensa turca adelantó que una de las bazas de Erdogan para presionar a su invitada sería la opción de volver a permitir la migración clandestina hacia Grecia, con la perspectiva de nuevas oleadas de refugiados ante las próximas elecciones germanas, fijadas para septiembre.

Merkel reconoció que el dinero prometido para los refugiados sirios «no ha fluido tan rápido» como se esperaba, pero anunció que del total de 6.000 millones de euros ya se han entregado 2.200 millones y prometió que Alemania seguiría aceptando 500 refugiados al mes enviados directamente desde Turquía.

Preguntada por la exención del visado para ciudadanos turcos que viajen a la UE, que formaba parte del acuerdo, Merkel recordó que Turquía aún tiene pendiente reformar su ley antiterrorista, prevista desde hace años.

Yildirim reconoció este punto, pero agregó que, al ser un país castigado por el terrorismo, Turquía busca tratar este aspecto «de una manera que no perjudique la lucha contra el terror».

El programa de la canciller concluyó con un encuentro con los dos partidos de la oposición opuestos a la reforma constitucional, el socialdemócrata CHP y el izquierdista HDP.