COLOMBIA
El Gobierno de Colombia y el ELN abren negociaciones de paz en Quito
El Ejecutivo reclama a la guerrilla que acabe con su estrategia de secuestros
El Gobierno de Colombia y la guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN) abrieron este martes en Quito un histórico proceso de negociación encaminado a terminar con el enfrentamiento que han mantenido durante más de 52 años.
Ambas partes expresaron públicamente sus compromisos para contribuir al avance del diálogo y también formularon sus peticiones, como la de que la guerrilla abandone el secuestro, hecha por el Gobierno, y la de que se avance para llegar a un cese bilateral del fuego, planteada por el grupo armado.
Los negociadores se citaron este miércoles en la hacienda Cashapamba, situada a las afueras de Quito, en el acto público de constitución de las "Mesas Públicas de Diálogos para la Paz en Colombia".
El jefe negociador del Gobierno, Juan Camilo Restrepo, al invitar al ELN a dejar de secuestrar, dijo que de lo contrario, "será muy difícil avanzar" en el proceso de diálogo. "Colombia, la comunidad internacional aquí presente y las familias de quienes aún continúan secuestrados por el ELN esperan prontamente este anuncio", declaró.
DERECHOS DE LAS VÍCTIMAS
También destacó que "los derechos de las víctimas están en el centro de estas conversaciones" y agregó que "la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición son las raíces profundas y reales de la reconciliación".
El exministro colombiano, en el plano de la participación social, apostó por "promover una ciudadanía activa que contribuya a la toma de decisiones y al ejercicio del control político".
El negociador gubernamental, quien reconoció al ELN "como una organización con una identidad e historia propias", indicó que "se establecerán mecanismos" con la mesa que negoció los acuerdos de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en La Habana, "para identificar temas en que se requiera coordinación y sincronía".
El representante de la guerrilla, Pablo Beltrán, por su parte, planteó la necesidad de alcanzar "acuerdos sucesivos proyectados a materializar un cese bilateral del fuego".
"Unámonos alrededor de las coincidencias y dejemos a un lado lo que nos separa", declaró, y aseguró que el ELN está dispuesto a llevar adelante los cambios necesarios "con tal de que se abran las puertas a una democratización del país".
Pero consideró que también el Gobierno debe asumir la necesidad de efectuar cambios, al tiempo que expresó preocupación por la persecución a quienes cuestionan "el modelo económico y el régimen imperantes".
Para acabar con los enfrentamientos se debe "reconocer que el conflicto social y político continuará" y admitir que es necesario el diálogo, señaló, al tiempo que subrayó la importancia de avanzar en la "solución política" del enfrentamiento.
OPORTUNIDAD HISTÓRICA
"Estamos dispuestos a asumir nuestra responsabilidad" por los hecho del conflicto "y esperamos que los líderes de la otra parte hagan lo mismo", aseveró.
En su calidad de anfitrión, el canciller ecuatoriano, Guillaume Long dio la bienvenida a los negociadores y dijo que esta es una "oportunidad histórica para consolidar la paz" en Colombia que las partes no deben desaprovechar.
"No es fácil hacer la paz. Implica superar odios, resentimientos, dolor, sospechas, y hay siempre los interesados en el fracaso por muchísimos motivos", dijo Long, quien comentó que también "hacer la paz es de valientes".
Y agregó: "La paz de colombia es la paz de Ecuador, es la paz de nuestra región y de nuestra América".
El ministro recordó que el país anfitrión ha sido víctima del conflicto colombiano, en especial "cuando tomó fuerza la regionalización del mismo", por lo que abogó por lograr "ahora la regionalización de la paz".
La apertura de la mesa negociadora pone fin a un proceso de más de tres años de contactos exploratorios y lanza un diálogo que debió comenzar el 27 de octubre del pasado año.
Entonces, la no liberación del excongresista Odín Sánchez Montes de Oca, concretada la semana pasada por el ELN, llevó al presidente colombiano, Juan Manuel Santos, a cancelar unilateralmente el proceso.
Sánchez fue liberado el 2 de febrero y a su puesta en libertad se sumó ayer la del soldado Fredy Moreno Mahecha, también cautivo de la guerrilla desde el 24 de enero.
Para comenzar de nuevo el proceso tras la anulación de octubre, fue necesario que las partes reanudaran conversaciones exploratorias y alcanzaran un acuerdo mutuo que permitió, al fin, el inicio de las conversaciones.
El pacto, además de la liberación de Odín Sánchez por parte de la guerrilla, incluía el indulto del Gobierno a dos integrantes del grupo armado que fueron identificados como Nixon Cobos y Leivis Valero, quienes también quedaron en libertad el 2 de febrero.