Diario de León

LA INCERTIDUMBRE DEL 'BREXIT'

El "brexit" pone a prueba la cohesión política del Reino Unido

Varias personas manifiestan con pancartas delante del Parlamento en Londres, Reino Unido, el pasado lunes.

Varias personas manifiestan con pancartas delante del Parlamento en Londres, Reino Unido, el pasado lunes.

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EFE

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El proceso del Reino Unido para salir de la Unión Europea (UE), que fue sancionado hoy por la Reina Isabel II y que puede activarse a partir de ahora, pone a prueba la cohesión política de un país donde están más vigentes que nunca las viejas rivalidades entre europeístas y euroescépticos.

Theresa May, primera ministra conservadora, gestiona un complejo escenario en el que Escocia baraja un nuevo referéndum de independencia, está en juego la paz en Irlanda del Norte y surgen voces de alarma sobre las consecuencias del "brexit" desde el propio partido de Gobierno, históricamente dividido sobre Europa.

"Claramente, hay serios riesgos para la estabilidad del Reino Unido", afirmó a Efe Akash Paun, investigador del "think tank" británico Institute for Government (IfG).

"No se reflexionó en profundidad antes del referéndum de junio sobre lo que significa realmente el 'brexit' y cómo se va a implementar", argumentó.

En Escocia, la perspectiva de perder el acceso al mercado único ha llevado a la nacionalista Nicola Sturgeon, ministra principal de la región, a poner sobre la mesa la posibilidad de una nueva consulta en 2018.

El apoyo a la independencia ha sumado apenas unos puntos en las encuestas desde septiembre de 2014, cuando el 55,3 % optó por quedarse en el Reino Unido, pero el "brexit" ha añadido presión en una autonomía donde un sólido 62 % quería quedarse en la UE.

"Será difícil para el Gobierno británico negarse a celebrar otro referéndum, porque hay un precedente. Aun así, puede que argumente que los escoceses aún no conocen las circunstancias finales del 'brexit', por lo que no se debe votar todavía", señaló a Efe Thomas Lundberg, politólogo de la Universidad escocesa de Glasgow.

Más allá de una eventual consulta, el sistema autonómico británico se enfrenta al reto de distribuir las competencias que el Reino Unido recuperará desde Bruselas con el "brexit", en áreas como agricultura, pesca, energía e investigación.

Para los gobiernos regionales, las competencias que no están específicamente reservadas para Westminster pasarán a ser responsabilidad autonómica, una interpretación que Londres está decidida a disputar.

El desacuerdo amenaza con levantar una nueva "tormenta política", en palabras de David Cetrà, investigador del Centre on Constitutional Change, de la Universidad de Edimburgo.

"La Unión Europea ofrecía un marco en el que los debates sobre la soberanía y las presiones nacionalistas eran acomodados y apaciguados. El 'brexit' desestabiliza los equilibrios precarios que existían", indicó a Efe.

May afronta ese rompecabezas doméstico en paralelo a las difíciles negociaciones para forjar un tratado comercial con la UE, con la posibilidad en el horizonte de que no se llegue a formalizar un pacto en el plazo de dos años que establece el Tratado de Lisboa.

El ex primer ministro "tory" John Major ha advertido de que el futuro optimista que dibuja su correligionaria, en el que el Reino Unido se convertirá en el "campeón global del libre comercio" cuando rompa los lazos con la Unión, es "irreal y excesivamente optimista".

También ha alzado la voz ex viceprimer ministro conservador Michael Heseltine, para quien el referéndum de junio no otorga al Gobierno el mandato de salir del club europeo "a cualquier precio".

Pocas horas después de lanzar esa advertencia en la Cámara de los Lores, el veterano político fue fulminado como asesor del Ejecutivo.

Esas disensiones han roto la voz única que había mantenido el Partido Conservador a favor del "brexit" desde junio, a pesar de que la mayoría de los diputados "tories" defendieron la permanencia antes del voto.

"Existe una poderosa corriente europeísta, o quizás más pragmática, dentro del Partido Conservador, que por razones políticas se está manteniendo en silencio", señaló el analista del Institute for Government.

Para Paul Taggart, politólogo y director del Sussex European Institute, la formación de May "estaba, está y siempre estará enormemente dividida sobre cuál debe de ser la relación con Europa".

Cuando arrecie la "batalla" de las negociaciones con Bruselas, alertó a Efe el experto, podrían multiplicarse los conflictos "no solo entre los partidos, sino también dentro de ellos".

Esas mismas tensiones llevan meses afectando a la oposición laborista, que ha vivido diversas rebeliones del grupo parlamentario contra su líder, Jeremy Corbyn.

El veterano euroescéptico ha ordenado a sus diputados alinearse con el Gobierno para facilitar el inicio del "brexit", a fin de cumplir el mandato del 51,9 % de los británicos que votaron por salir de la UE.

En febrero, 52 de sus parlamentarios se negaron sin embargo a respaldarle en la Cámara de los Comunes, después de que el Gobierno tumbara las enmiendas laboristas para defender los derechos de los comunitarios y asegurar la transparencia de las negociaciones con Bruselas.

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