Turquía vuelve a utilizar a los refugiados en su disputa con la UE
El ministro de Interior es el tercer miembro del Gobierno que se ha referido esta semana al tema.
El presidente turco, el islamista Recep Tayyip Erdogan. EFE
efe | ankara
El Gobierno turco ha vuelto a usar a los refugiados que huyen de la guerra y la miseria como arma política en su disputa dialéctica con la Unión Europea (UE), hasta el punto de amenazar no ya con romper el pacto cerrado hace un año, sino también con enviar a 15.000 personas cada día hacia territorio comunitario.
«Tenemos un acuerdo de readmisión. Si queréis, cada mes abrimos el camino a 15.000 refugiados y perdéis la cabeza», dijo hace unas horas el ministro de Interior de Turquía, Süleyman Soylu, que tomó el turno en los ataques que los dirigentes turcos llevan días profiriendo contra la UE.
Ankara amenaza regularmente a la UE con suspender el acuerdo cerrado en marzo de 2016 por el que se avino a recibir de vuelta a refugiados llegados a Grecia desde su territorio, a cambio de ayudas económicas y la exención de visados para sus ciudadanos.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) reaccionó ayer ante la nueva amenaza a instó al Gobierno turco a no utilizar a los niños ni a los refugiados e inmigrantes indocumentados como «moneda de cambio» en el conflicto con la Unión Europea.
El ministro turco del Interior ha sido el tercer miembro del Gobierno, tras el de Exteriores y el de Asuntos Europeos, que se han referido esta semana al tema de los refugiados, aunque la amenaza es recurrente desde hace meses.
Turquía acusa a la UE de no cumplir su parte del acuerdo, de no entregar los 3.000 millones de euros prometidos y de mantener la obligatoriedad del visado a los turcos que quieren viajar a Europa.
Entre tanta amenaza y amago de cancelar el acuerdo, el Gobierno alemán subrayó ayer que no tiene indicios de que Ankara vaya a suspenderlo.
Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores reconoció que Turquía «amenaza ocasionalmente» a la UE con suspender el tratado, pero afirmó que «el acuerdo continúa siendo aplicado por ambas partes».
Ahora, además, la amenaza se enmarca en el conflicto, especialmente con Alemania y Holanda, por el veto a que ministros turcos hagan campaña para pedir a sus nacionales en esos países su apoyo a la reforma constitucional para dar el poder ejecutivo al presidente del país, actualmente el islamista Recep Tayyip Erdogan.
Esa reforma será decidida el próximo 16 de abril en referéndum, cuyo resultado se presenta muy ajustado.