Londres vuelve a la rutina con el centro tomado por la policía
Un hombre de 75 años que resultó herido en el atentado junto al Parlamento falleció ayer en el hospital.
judith mora | londres
La ciudad de Londres y los londinenses volvieron ayer a su rutina aún conmocionados por el atentado cometido el miércoles frente al Parlamento, que regresó a su actividad diaria en medio de una gran presencia policial.
Un hombre de 75 años que había resultado herido en el atentado falleció ayer el hospital, informó la policía, lo que eleva a cuatro el número de muertos, además del agresor. La última víctima mortal «estaba recibiendo tratamiento médico en el hospital tras el ataque, pero le fue retirado el soporte vital esta noche (por la de ayer)», informó un portavoz de Scotland Yard.
La policía mantenía el cordón de seguridad alrededor de la sede parlamentaria, si bien ya se habían reabierto la estación de metro de Westminster y el histórico puente del mismo nombre, confirmó un portavoz de Scotland Yard.
Durante la mañana, los forenses terminaron las labores de limpieza del puente, donde el miércoles podían verse las manchas de sangre de algunas de las víctimas del ataque, que fueron atropelladas por el terrorista, identificado como Khalid Masood, un británico de 52 años con antecedentes penales y posibles conexiones extremistas.
Cinco personas murieron, incluido el agresor, y al menos 29 resultaron heridas, siete de las cuales siguen en estado crítico, en el atentado, que obligó a cerrar el edificio del Parlamento, dejando encerrados durante más de cinco horas a diputados y visitantes.
La británica de origen español Aysha Frade, de 43 años, y el estadounidense Kurt Cochran perecieron arrollados por Masood, que después estrelló su Hyundai gris alquilado y apuñaló al agente desarmado Keith Palmer, de 48 años, que vigilaba el acceso a las Cámaras del Parlamento.
Los diputados reanudaron ayer las sesiones parlamentarias guardando un minuto de silencio a las 9.33 GMT -coincidiendo con el número de placa de Palmer- e instituciones como Downing Street y la sede de Scotland Yard tienen sus banderas a media asta.
Aunque las calles colindantes al Parlamento y atracciones turísticas como el London Eye (la noria a orillas del Támesis) han reabierto al público, el ambiente en el centro de la capital seguía siendo ayer desangelado y lóbrego.
Helicópteros sobrevolaban la zona y decenas de policías con chalecos de alta visibilidad y otros armados con metralletas -algo poco habitual en esta ciudad- vigilaban y orientaban a los turistas, que se iban acercando tímidamente al distrito de Wesminster.
En Scotland Yard, cuartel general de la policía, y Whitehall, la avenida ministerial que conduce a la residencia oficial en el 10 de Downing Street de la primera ministra, Theresa May, yacían ramos de flores en memoria de las víctimas, junto con fotos del policía asesinado.